sábado, 29 de octubre de 2016

De Reyes y jirafas



Carlos Alberto Patiño

No, don Alfonso Reyes y las jirafas no están relacionados e ignoro si alguna vez él se ocupó de estos vistosos animales. Viene a cuento el escritor, porque a mis manos llegó (vía Bertha Hernández) un texto que el regiomontano escribió sobre las voces que usan los humanos para reproducir los ruidos que hacen los animales. El ensayo se titula “Adán y la fauna”, y está publicado en el libro de Español para tercer grado de educación media básica de Raúl Ávila, Gloria Bravo Ahuja, Gonzalo Celorio y Elizabeth Velásquez (Limusa 1977).
Escribe Reyes:
“Pues de igual modo podemos decir que los animales cambian de canto en cada idioma humano.
“En español, oímos cantar al gallo ‘Quiquiriquí’; en francés, lo oyen ‘Cocoricó’, o dos veces ‘Cocteau’, según asegura el poeta francés Jean Cocteau; en alemán, ‘kickeriki’; en inglés, según consta en La Tempestad, de Shakespeare, ‘Cock-a -doodle- doo’; en turco, ‘cucurucú’.
[...]
“De Onomatopeyas nacen los nombres infantiles del perro (“gua -
guá[) y de la vaca (“mú”); y aun los verbos que indican ciertos cantos o “hablas animales”: aullar, balar, bufar, cacarear, crascitar, croar, crotorar, graznar, gruñir, maullar, parpar. “Del crascitar del cuervo, los escritores del Siglo de Oro español, como un chiste referencial al «cras» o «mañana» (de donde la «procrastinatio» o afición a dejarlo todo para mañana), y hablaban de los hombres cuervos que nunca emprenden lo que proyectan y a todo suelen decir: «Cras, cras: mañana»”
Y sigue. “Entre estos juegos, ninguno más seductor que el que traduce el canto animal con una frase humana. [...] El escritor argentino Etchart me confiesa por carta que el canto del pavo común o ‘guajolote’ le hace pensar siempre  en el saludo inglés ‘How do you do’. Paul Claudel, gran poeta contemporáneo de Francia, oye decir a la tórtola: ‘je ne ponds pas, je couve’. (‘Yo no pongo, incubo’): o mejor: ‘No estoy poniendo, sino incubando’).
“Las imitaciones populares son frescas y hermosas. La paloma dice: ‘Acurrúcate  aquí, acurrúcate aquí’.) La tunera de mis tierras del norte canta tristemente: ‘Comer tunas, comer tunas’.  Y el ruiseñor colombiano, según me enseñó el llorado Porfirio Barba Jacob: ‘Cotorrito perdido por la catapira, catapira, catapiís, piís”.
Don Alfonso no conoció al “Pollito Pío”, personaje que a consecuencia de la entrega anterior de Giros me fue revelado por Francisco Báez. Resulta además que es extensamente conocido. Menos por mí, que tengo tremenda laguna en cultura popular infantil actual.
Ese pollito, en varios idiomas, canta y explica las voces de los animales y la de un tractor.
No cuento el final, por si alguno, como yo, desconoce al personaje.
¿Y las jirafas?
De las cuellilargas comentó el lector Xavier Tello. Dice “Emiten dos tipos de sonidos: Una especie de grito relativamente agudo, cuando están asustadas y una suerte de gruñido de baja frecuencia con la que aparentemente se comunican por las noches. El segundo es más evidente en época de celo.”
El lector que en Twitter se identifica como J L C T ‏@cteranjl opina que la jirafa “jirafea” y Augusto Prada apunta que “emite sonidos de jirafa…”
Marielena Hoyo nos ilustra “[...] A las que la creencia popular describe como mudas dizque por carecer de cuerdas vocales, lo que no es así, de conformidad a sus características anatómicas y a testimonios prácticos y estudios específicos que algunos especialistas han realizado y que les ha permitido documentar varias voces y formas de comunicación entre tales animales  [...] (Hay) trabajos realizados tanto con ejemplares libres como con animales cautivos en tres zoológicos europeos. La mayor parte de las vocalizaciones fueron documentadas en las noches, y cuando las madres se comunican con  sus crías.
“Entre los sonidos que mayormente detectaron los expertos sobresalieron los ‘zumbidos’ en los machos y una especie de ‘tos’ que emiten en la temporada de cortejo y apareamiento. Para las hembras, durante la misma actividad, describieron los llamados como ‘bramidos’. Las voces de las crías fueron llamadas ‘balido’, y para situaciones de alarma marcaron ‘resoplidos’, ‘silbidos’ y ‘gemidos’, dependiendo de la situación.
“En el libro Las Voces de los Animales, original de Ibrahim Gamero Idiaquez, la voz de la jirafa aparece como que ‘balan’.
“En lo personal, y tras tantos años de trabajar especialmente de manera cercana con las jirafas, nunca les escuché alguna comunicación por sonido. Incluso, durante un buen tiempo dediqué los domingos por la tarde (ya cuando no había público ni trabajadores y todo estaba en santa paz) para intentar escucharlas, sin éxito; y tampoco por las noches durante mi diario recorrido acostumbrado, ni bajo situaciones límite. Sólo tengo todavía presente el particular chasquido que con su saliva hacía el macho Óliver, con el que guardé muy cercana relación.”
Benjamín (bcueva@prodigy.net.mx) nos cuenta una anécdota: “Cuando Dios creó a los animales, le preguntó que solicitaba, le contestó la jirafa que deseaba la sabiduría; bueno, pues entonces no hablarás puesto que los charlatanes son unos necios, en cambio los sabios callan.”
.-.-.-.
Regaños. La proximidad del proceso para escoger al próximo presidente o presidenta de  Estados Unidos acarrea aludes de información. Y con ella los infaltables despropósitos. Los corresponsales pasan sus notas radiofónicas hablando de los “comicios electorales”, frase tan redundante como “las elecciones para elegir”, de muchos reporteros.  En el DLE:  Comicios: Elecciones para designar cargos políticos”.
.-.-.-
A El Arca de Arena también respondió doña Marielena: t”Una ”’falleba’ sirve para cerrar puertas y ventanas. Es un mecanismo que para lo correspondiente, cuenta con una varilla y manija.” Y relata que ella las conoció en la vieja casa familiar de Guanajuato.
Octavio Martínez nos informa que “Es una palabra de origen árabe” y luego nos refiere que “Thomas  Malory en su obra La muerte del Rey Arturo, de la que en Hollywood se creó el argumento de la película El Rey Arturo y los Caballeros de la Mesa Redonda, se refiere a la falleba así: En aquel momento rechinó la falleba de un balcón del piso alto”.
El Arca rebulle para dejar salir una palabra que carece de error, pero también es un objeto fijo, sin movimiento, al contrario de los planetas.

 Marielena Hoyo con la Jirafa Óliver
30 10 16
 
Publicado en La Crónica de hoy

No hay comentarios:

Publicar un comentario