lunes, 15 de febrero de 2016

¿Cuánto es demasiado?



Carlos Alberto Patiño

Demasiado no es sinónimo exacto de mucho, aunque algunos diccionarios desaliñados –sobre todo los electrónicos-- lo den como tal.


“Lo quiero demasiado” he oído decir a una chica que quería expresar una magnitud que no alcanzó a explicar. Ella hablaba de un sentimiento profundo. Era grande el sentimiento, muy grande, enorme, pero nunca demasiado.


Me explico. “Demasiado” denota un exceso.


Demasiado amor implica daño, dolor, algo completamente ajeno a lo que la sujeta en cuestión quería manifestar. “Demasiado” proviene de “demasía”, que a su vez se remonta a “de más”. Algo que excede.


Pongamos ejemplos usando “mucho” y “demasiado”.


“Peso mucho” y “peso demasiado”


En el primer caso es usted grande, voluminoso, gordito. Está excedido de peso.


En el segundo, padece obesidad u obesidad mórbida, o es anoréxico y cree que es así.


Otros usos.


“Comí mucho”. Puedo estar incómodo, pero satisfecho.


“Comí demasiado”. Como mínimo, experimento el mal del puerco, si no es que estoy al borde de la indigestión.


“Me duele mucho”, tome Paracetamol


“Me duele demasiado”, pida que le administren Morfina


Un caso extremo para mí es ver la palabra no sólo mal empelada, sino mal escrita: “demaciado” Eso sí es demasiado.


Para ahorrarnos confusiones siempre podemos recurrirá las formas del español mexicano con una expresión que pone todo en su justa dimensión. Aprovechando que la censura ya no es lo que solía ser, les diré que con las palabras “la (lo) quiero un chingo”, no queda espacio para la duda.


Así, querido lector, si usted es de los que aman demasiado, vaya a terapia. Si nomás es querendón, escriba versos, lleve serenata, mande flores y chocolates o las tres. Funciona, me cae.


Extravagancias.


En el baúl de las curiosidades tengo un apartado para expresiones llamativas, hasta impactantes, pero totalmente enigmáticas.


Una bien atesorada es “más sin en cambio”. ¡Demonios! ¿Eso qué significa? No logro dilucidar si es una expresión adversativa o nada más sirve como transición.


Intuyo que de alguna manera está emparentada con la muletilla “mas sin embargo”, que es una redundante suma de conjunciones. Es como decir “pero, pero”.


Por ahí, en un resquicio del mismo baúl tengo un “deplanamente” que es deplanamente contundente.


Está en otro cofre la frase “en grado caso”, locución sinaloense recabada en el Blog de piedras de Francisco Báez (http://panchobaez.blogspot.mx/2010/09/biopics-mi-rene-y-la-achis.html).


Otra perlita, aunque explicable, es creación de una extranjera con un muy aceptable manejo del español, pero que nunca logró entender el sentido de las palabras “de todos modos”. Tampoco consiguió pronunciarlas. Ella decía “de toros moros”, lo cual no deja de tener su tinte poético





El tintero tiene rebullendo otra historia de fotografías y textos que las acompañan. Para la próxima.





caralpatgmail.com


@caralpat


12 09 15


Publicado en La crónica de hoy

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