lunes, 15 de febrero de 2016

“Al interior” con “tiro de gracia”


Carlos Alberto Patiño

En previa colaboración se nos quedó en el tintero la explicación del porqué es erróneo el uso de la expresión “al interior”, comúnmente relacionada con las palabras “del partido”.
Quieren los reporteros, redactores, redactrices, comentaristas, lectores de noticias, opinadores y fauna asociada decir que algo ocurrió en un partido, una organización, una secretaría…
La cuestión es que confunden el uso de la preposición “a”, en este caso en su forma en contracción con le artículo “el”.
Y la confunden porque la han leído o escuchado en uno de sus verdaderos significados, el que  indica dirección: “voy a la casa”, pasemos al interior del edificio”, aunque en este caso,de uso correcto, significa entremos.
¿Queda claro” “a”, entre sus muchas denotaciones tiene el de dirección, desplazamiento, pero nunca indica lugar.
Para expresar la ubicación, si no queremos variar mucho la forma, diremos “en el interior del partido”, pues la preposición “en” sí da idea del lugar de ocurrencia.
Así, “se discute la ley en el interior del partido” o de la cámara o de la organización.
Aunque en este caso es preferible la forma “en el partido”, que es más económica. En otros casos, es más practico decir dentro: “dentro de la casa”.
En fin, espero que estos comentarios sirvan para a quien desee expresarse con mayor claridad y precisión.
Y sin ser yo autoridad de ningún tipo en el manejo del lenguaje, quiero referirme al uso de “tiro de gracia”, tan socorrido en las páginas de los diarios, en general, y de la nota roja, en particular. (En estos tiempos que corren ¿dónde está la gracia en un asesinato?
La frase tiene que ver con un cierto grado de humanidad. Por increíble que parezca, dar la muerte, a veces conlleva la idea de conferir una gracia. El tal tiro de da a los fusilados para acortar su sufrimiento después de la descarga del pelotón. La idea es reducir el tiempo de agonía a los sentenciados a la pena de muerte.
El tiro se da en la cabeza o en el corazón para asegurar el fin de la vida.
También se aplica los animales en trance terminal, con el mismo fin, disminuir el sufrimiento.
Entonces, cualquier balazo en la cabeza no es necesariamente un “tiro de gracia”. El disparo en esa parte lleva la intención de matar, de apagar una vida, de ejecutar, no de conceder una merced a la víctima.
Compañeros locutores, redactores, comentaristas, reporteros y todos aquellos que pretenden informar, piensen un poco antes de diagnosticar. No todos los tiros son de gracia. De hecho, la mayor parte de los disparos son sólo descargas letales, sin más. (Ojo puse letales, no fatales. Sin les surge la duda, denle una repasadita al diccionario)

15 08 15

Publicado en La crónica de hoy

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