La duda invadió a El Arca de Arena. Así lo manifestó en la anterior entrega. ¿Por qué se llama balón a la pelota que sirve para el juego de futbol?
Pensé que era una pregunta sencilla, pero el tema resultó con cierto grado de complicación.
En mis indagatorias llegué, incluso, a
un callejón sin salida. Me encontré, por ejemplo con una explicación
como ésta: “Planteamos este ejemplo porque nos demuestra cómo el conocer
la etimología de una palabra puede resultar en el extremo completamente
inútil si no entendemos la historia de la palabra, y cómo, además, que
conozcamos la etimología opaca muchas veces el hecho de que seguimos sin
entender nada.” Es del artículo “Historia de las palabras y etimología:
algunas precisiones conceptuales y metodológicas”, de Víctor Martínez
Patón, en El Catoblepas, revista crítica del presente, de julio de 2013.
Gerardo Galarza me hizo saber que él pensaba que “balón” es el superlativo de bala. Algo parecido escribió Marielena Hoyo.
El doctor Francisco Báez lo relacionó con el “balloon” (globo), por el hecho de que el balón debe estar inflado.
Establecer esa característica dio lugar a una revisión de ideas que se abordará más adelante.
Las aportaciones de los colegas Galarza y Hoyo coinciden con la información que da la Real Academia Española en el DLE. Pero hay algo más. La bala original no es el proyectil de las armas de fuego sino el fardo o alijo. Explica el DLE que son “en especial los que se transportan embarcados”.
¿Y entonces? Ocurre que estas “balas”
(embalajes) se lanzaban por la borda para ahorrar tiempo en el
desembarco. De esta cualidad voladora viene la asociación.
Yo creía que el origen era el griego bollé,
que equivale a lanzar, como en “discóbolo”, anfibología y parábola.
Pero, no, aunque hay lanzamiento, la palabra viene de otro lado.
Volvamos al hecho que apuntaba Francisco Báez. Nuestro objeto es inflado.
Pero no todos los balones son esféricos. El de americano y el de rugby son ovalados.
Los de futbol, basquetbol, voleibol,
balonmano, waterpolo son redondos y con diferentes tamaños y texturas,
acordes con los requerimientos de cada deporte y la dinámica y
cinemática de las respectivos artilugios de juego.
Un sinónimo aparente de “balón” es
“pelota”. Digo aparente, porque ni todos los balones son pelotas ni
todas las pelotas son balones.
Esta palabra también tiene sus vericuetos etimológicos. Viene del occitano (la langue d’Oc)
“pilota”, procedente, a su vez, del latín que significa lo mismo que
balón. La raíz “pila” es de origen desconocido, pero por aproximación de
ideas se la saca de “pelo” , y autores aseguran que es así porque las
antiguas estaban rellenas de lana o capilares de animales.
Las pelotas son redondas, pero unas llevan aire, como los balones, y otras no.
Las pelotas de playa sí están infladas y
las infantiles también. Las primeras son enormes (medio metro de
diámetro o más) y las que se destinan a los niños corresponden a su
tamaño.
La pelota de tenis sí lo lleva, aunque
no se infla. Contiene un gas, generalmente nitrógeno, que se introduce
mediante una cápsula que explota y lo libera dentro de la bola cuando,
en su fabricación, ésta ya ha quedado sellada.
La pelota debe medir entre 65.41 y 68.58
mm, según la federación internacional de la disciplina; el peso oficial
va 56 a 59.4 g. El color es amarillo con blanco, por razones de
visibilidad para jugadores y público.
La pelota de beisbol, en algunos países
“LA PELOTA”, no contiene aire. Está compuesta por un núcleo de un
material como corcho o caucho. El forro es de cordel grueso en la parte
más profunda y se va disminuyendo el calibre del hilo hacia el exterior.
Se forra con dos piezas de piel con 108 perforaciones cada una para
permitir la costura, que se hace con hilo rojo. La forma de la costura
tiene que ver con la menor oposición al viento, valor determinante en el
juego.
El “juego de pelota” nos remite a prácticas distintas. Una, en el Caribe, que no tiene otra significación que el de beisbol.
Otras tienen que ver con las culturas prehispánicas.
La práctica más extendida era la que se jugaba con una pelota de hule, dura, pero elástica e incluía connotaciones religiosas que llegaban hasta el sacrificio humano.
La práctica más extendida era la que se jugaba con una pelota de hule, dura, pero elástica e incluía connotaciones religiosas que llegaban hasta el sacrificio humano.
La pelota mixteca también deriva de la
época prehispánica, aunque todavía tiene vigencia en algunas zonas del
país y del extranjero, ahí donde hay comunidades de origen mixteco. Se
juega en una cancha dividida y con un enorme guante para golpear una
pelota de hule forrada de piel.
La pelota purhépecha es algo diferente.
Se practica en Michoacán. Es una especie de hockey con bastones de
madera y una pelota de trapo a la que se prende fuego.
Pelotas de esponja hemos tenido todos.
Lo mismo sirven para jugar frontón frente a cualquier pared, que para el
beisbol callejero sin bat y para los “quemados” o para lanzarlas a
cestas en las ferias. En algunas clases de física de la secundaria se
convierten en proyectiles de bazucas y cañones.
Varias veces en este texto he utilizado
la palabra “bola” que se incluye aquí porque se refiere a un objeto más o
menos esférico.
La bola es sólida, generalmente, cuando hablamos de las que se usan en juegos y deportes, las de billar, por ejemplo.
Las hubo de marfil y de celuloide.
Actualmente se hacen de materiales sintéticos y se dice que entre los
primeros proyectos industriales en el espacio está el de fabricar bolas
de billar en un ambiente sin gravedad para lograr una perfecta
esfericidad.
En la variable carambola, las bolas son de color uniforme, una o dos blancas, una roja o a veces una amarilla.
Las de las versiones del juego con
buchacas son más chicas y se dividen el lisas y rayadas. La bola 8, en
alguna modalidad, es la más importante y en terrenos mágicos hay la bola
8 adivinatoria.
La bola de golf es pequeña y compacta.
Cuentan los conocedores que las primeras fueron de madera y luego de
plumas y cuero. Más tarde las fabricaron con gutapercha. Ahora son de
materiales sintéticos
como el poliuretano.
La bola de boliche es dura y pesa entre 4
y 7 y medio kilos. El diámetro ronda los 22 centímetros. No están
hechas para rebotar, son para hacerlas rodar.
Regresemos brevemente al beisbol. A la
pelota también se le llama bola en este deporte. Ese término da lugar a
innumerables expresiones como la “de humo”, la “de saliva”; la rápida y
la curva… La base por bola se otorga cuando el pitcher no logra hacer
strike.
El catálogo es largo, sólo los expertos logran no hacerse bolas.
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El Arca de Arena tiene
para sus seguidores una pregunta. ¿Cómo se llama la pieza que sirve de
soporte para que gire un eje. Los hay en las bicicletas, en los motores y
en todo aparato que requiera de revoluciones en sus componentes. Tiene
cuatro letras y su origen es un latinismo que significa “caja”.
07 28 18
Publicado en La Crónica de hoy