sábado, 29 de julio de 2017

¿Se “buscan” a los testigos?




Carlos Alberto Patiño

No, a los testigos se les busca.
A propósito de la entrega de Giros sobre el verbo haber (“Han habido muchos errores...”, del 17 06 17), me puse a revisar otras formas en las que puede haber confusión.
Así, el título de hoy presenta un flagrante error. Aunque el enunciado tiene un elemento plural, el verbo, por la forma impersonal, va en singular: “Se busca a los testigos”.
Nos dice la Real Academia Española en su página de consultas (http://www.rae.es/consultas-linguisticas/preguntas-frecuentes) que la palabra “se” forma dos tipos de oraciones que no debemos confundir, aunque en ambos no se menciona al sujeto, a quien realiza la acción.
Son las “oraciones pasivas reflejas” y las “impersonales”.
Las primeras son del modo “se vende casa”, “se lavan coches”, “se pide calma”.
Nos dice la Academia que esta construcción sólo se da con verbos transitivos.
¿Recuerdan los lectores cuáles son ésos?
Los transitivos son los que para funcionar requieren de dos componentes. Son el sujeto, aunque no aparezca, y el complemento directo. “Comer”, por ejemplo, requiere de un comensal y una comida.
“Lupe come queso”. La forma “come queso” vale con el sujeto implícito (y también con el imperativo). Explicaban en la escuela que la acción del verbo recae en el complemento.
Bien, entonces las oraciones pasivas reflejas llevan “se” antes de un verbo en tercera persona singular o plural, dependiendo de si la palabra que sigue al verbo es singular o plural: “Se alquila departamento” o “se alquilan departamentos”.
A las oraciones impersonales las llamamos así porque carecen de  sujeto visible. Se construyen con verbos intransitivos y éstos son los que requieren sólo un actor para funcionar. No requieren un complemento.
“Llorar”, “adelgazar”, “correr” son ejemplos. Sólo con el sujeto se complementa la oración, aunque sea implícito.
Para evitar equivocaciones, la RAE da estas recomendaciones:
“En caso de duda sobre cuándo utilizar una u otra construcción pueden resultar útiles las indicaciones siguientes:
“Si el elemento nominal sobre el que recae la acción verbal expresa cosa, debe emplearse la construcción de pasiva refleja; por tanto, el verbo ha de ir en plural si este elemento es plural:
Se hacen fotocopias.
Se produjeron irregularidades.
Se reanudarán los trabajos de rehabilitación.
“Si el elemento nominal expresa persona y no va precedido de la preposición a, se emplea también la construcción de pasiva refleja:
Se buscan actores para la película.
Se contratarán nuevos trabajadores para el proyecto.
Se necesitan especialistas en informática.
“Si el elemento nominal expresa persona y va precedido de la preposición a, debe emplearse la construcción impersonal; por tanto, el verbo irá en singular aunque el elemento nominal sea plural:
Entre los gitanos se respeta mucho a los ancianos.
Se entrevistó a los candidatos para el puesto.
Se busca a quienes presenciaron lo ocurrido.
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Regaños.
No seré yo el que dé un regaño al presidente Vladímir Putin. Menos si no hay la certeza de que le sea atribuible el error. No sabemos si fue un corresponsal descuidado o un traductor poco atento a sus quehaceres.
La historia es ésta. El ruso asistió a un acto de homenaje a los soldados caídos en la Gran Guerra Patria, como ellos llaman a la Segunda Guerra Mundial.
Había un fuerte aguacero, pero el mandatario no usó paraguas; ni guardia alguno lo cubrió.
“Ni siquiera pensé en cubrirme con un paraguas en el momento de hacer la ofrenda de flores” explicó después a un grupo de niños a los que contó que durante la guerra los soldados soviéticos combatían día y noche, ajenos a las condiciones climáticas. “Allí vivían y allí morían. Es una situación horrible”, dijo y añadió que por eso le resultó normal permanecer bajo la lluvia. “No estamos hechos de azúcar, no vamos a derretirnos.”
Como muestra de carácter, el gesto es bueno, pero resulta que el azúcar se derrite si se le expone a elevadas temperaturas. Si se mezcla con agua se disuelve. Azúcar en una sartén a fuego lento se funde, se derrite y se hace caramelo. Un terrón de azúcar en el café, caliente o frío, se disuelve. Misma sustancia en diferentes condiciones experimenta transformaciones. Y hay palabras adecuadas a cada caso que no deben confundirse.
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Radix.
Baris-baro es la raíz griega para peso, gravedad, carga.
Está en “barómetro” que es el instrumento que mide la presión a partir del peso de la atmósfera en una superficie determinada.
“Barítono”, la tesitura entre el tenor y el bajo. El “barión” es una partícula subatómica que se forma con tres quarks.
Comparten la raíz “barísfera”, “bariátrico” y “baria”. Son, respectivamente, el núcleo de la tierra, lo relativo al peso corporal y la unidad de presión que equivale a una dina por centímetro cuadrado.
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El Arca de Arena pidió el nombre del “objeto que las momias deben cuidar muy bien. Si esperan recobrar la vida lo van a necesitar pues ahí encontrarán su corazón, su hígado, su cerebro.”
“Vaso canopo” dijeron Octavio Martínez, Tarsicio Javier Espinosa, Alex Rubio, Marielena Hoyo y Eduardo Morales.
Mangel y Bertha Hernández sabían que habían visto la palabra en su libro de momias… Fueron a consultarlo (Momias, de la colección de Google “e. explora” publicado por la editorial Cordilleras) y dijeron “vaso canope”, que es como la palabra viene en el Diccionario de la lengua española.
Wikipedia admite las dos formas.
Octavio Martínez nos informa y corrige: “Había 4 (vasos): Amset para estómago e intestino grueso; Hapi para el intestino delgado; Duamutef para los pulmones y Quebesenuf para el hígado y la vesícula. El corazón y los riñones quedaban en su lugar y en cuanto al cerebro no se conservaba pues al extraerlo a través de la nariz queda destruido.”
La palabra que halló El Arca entre sus arenas me sorprende por su origen, pero está en el diccionario. Pienso que es una muestra del tipo de inclusiones que criticamos a los académicos.
Es un sustantivo que refiere un error por mala apreciación, que ocurre por falta de verdadera reflexión.

 
15 07 17
Publicado en La Crónica de hoy