Carlos
Alberto Patiño
No, don
Alfonso Reyes y las jirafas no están relacionados e ignoro si alguna vez él se ocupó
de estos vistosos animales. Viene a cuento el escritor, porque a mis manos
llegó (vía Bertha Hernández) un texto que el regiomontano escribió sobre las
voces que usan los humanos para reproducir los ruidos que hacen los animales.
El ensayo se titula “Adán y la fauna”, y está publicado en el libro de Español
para tercer grado de educación media básica de Raúl Ávila, Gloria Bravo Ahuja,
Gonzalo Celorio y Elizabeth Velásquez (Limusa 1977).
Escribe
Reyes:
“Pues de
igual modo podemos decir que los animales cambian de canto en cada idioma
humano.
“En español,
oímos cantar al gallo ‘Quiquiriquí’; en francés, lo oyen ‘Cocoricó’, o dos
veces ‘Cocteau’, según asegura el poeta francés Jean Cocteau; en alemán,
‘kickeriki’; en inglés, según consta en La Tempestad, de Shakespeare, ‘Cock-a
-doodle- doo’; en turco, ‘cucurucú’.
[...]
“De
Onomatopeyas nacen los nombres infantiles del perro (“gua -
guá[) y de
la vaca (“mú”); y aun los verbos que indican ciertos cantos o “hablas
animales”: aullar, balar, bufar, cacarear, crascitar, croar, crotorar, graznar,
gruñir, maullar, parpar. “Del crascitar del cuervo, los escritores del Siglo de
Oro español, como un chiste referencial al «cras» o «mañana» (de donde la
«procrastinatio» o afición a dejarlo todo para mañana), y hablaban de los
hombres cuervos que nunca emprenden lo que proyectan y a todo suelen decir:
«Cras, cras: mañana»”
Y sigue.
“Entre estos juegos, ninguno más seductor que el que traduce el canto animal
con una frase humana. [...] El escritor argentino Etchart me confiesa por carta
que el canto del pavo común o ‘guajolote’ le hace pensar siempre en el
saludo inglés ‘How do you do’. Paul Claudel, gran poeta contemporáneo de
Francia, oye decir a la tórtola: ‘je ne ponds pas, je couve’. (‘Yo no pongo,
incubo’): o mejor: ‘No estoy poniendo, sino incubando’).
“Las
imitaciones populares son frescas y hermosas. La paloma dice: ‘Acurrúcate
aquí, acurrúcate aquí’.) La tunera de mis tierras del norte canta tristemente:
‘Comer tunas, comer tunas’. Y el ruiseñor colombiano, según me enseñó el
llorado Porfirio Barba Jacob: ‘Cotorrito perdido por la catapira, catapira,
catapiís, piís”.
Don Alfonso
no conoció al “Pollito Pío”, personaje que a consecuencia de la entrega
anterior de Giros me fue revelado por Francisco Báez. Resulta además que es
extensamente conocido. Menos por mí, que tengo tremenda laguna en cultura
popular infantil actual.
Ese pollito,
en varios idiomas, canta y explica las voces de los animales y la de un
tractor.
No cuento el
final, por si alguno, como yo, desconoce al personaje.
¿Y las
jirafas?
De las
cuellilargas comentó el lector Xavier Tello. Dice “Emiten dos tipos de sonidos:
Una especie de grito relativamente agudo, cuando están asustadas y una suerte
de gruñido de baja frecuencia con la que aparentemente se comunican por las
noches. El segundo es más evidente en época de celo.”
El lector
que en Twitter se identifica como J L C T @cteranjl opina que la jirafa
“jirafea” y Augusto Prada apunta que “emite sonidos de jirafa…”
Marielena
Hoyo nos ilustra “[...] A las que la creencia popular describe como mudas
dizque por carecer de cuerdas vocales, lo que no es así, de conformidad a sus
características anatómicas y a testimonios prácticos y estudios específicos que
algunos especialistas han realizado y que les ha permitido documentar varias
voces y formas de comunicación entre tales animales [...] (Hay) trabajos
realizados tanto con ejemplares libres como con animales cautivos en tres
zoológicos europeos. La mayor parte de las vocalizaciones fueron documentadas
en las noches, y cuando las madres se comunican con sus crías.
“Entre los
sonidos que mayormente detectaron los expertos sobresalieron los ‘zumbidos’ en
los machos y una especie de ‘tos’ que emiten en la temporada de cortejo y
apareamiento. Para las hembras, durante la misma actividad, describieron los
llamados como ‘bramidos’. Las voces de las crías fueron llamadas ‘balido’, y
para situaciones de alarma marcaron ‘resoplidos’, ‘silbidos’ y ‘gemidos’,
dependiendo de la situación.
“En el libro
Las Voces de los Animales, original de Ibrahim Gamero Idiaquez, la voz
de la jirafa aparece como que ‘balan’.
“En lo
personal, y tras tantos años de trabajar especialmente de manera cercana con
las jirafas, nunca les escuché alguna comunicación por sonido. Incluso, durante
un buen tiempo dediqué los domingos por la tarde (ya cuando no había público ni
trabajadores y todo estaba en santa paz) para intentar escucharlas, sin éxito;
y tampoco por las noches durante mi diario recorrido acostumbrado, ni bajo
situaciones límite. Sólo tengo todavía presente el particular chasquido que con
su saliva hacía el macho Óliver, con el que guardé muy cercana relación.”
Benjamín
(bcueva@prodigy.net.mx) nos cuenta una anécdota: “Cuando Dios creó a los
animales, le preguntó que solicitaba, le contestó la jirafa que deseaba la
sabiduría; bueno, pues entonces no hablarás puesto que los charlatanes son unos
necios, en cambio los sabios callan.”
.-.-.-.
Regaños. La proximidad del proceso para
escoger al próximo presidente o presidenta de Estados Unidos acarrea
aludes de información. Y con ella los infaltables despropósitos. Los
corresponsales pasan sus notas radiofónicas hablando de los “comicios
electorales”, frase tan redundante como “las elecciones para elegir”, de muchos
reporteros. En el DLE: Comicios: Elecciones para designar cargos
políticos”.
.-.-.-
A El Arca
de Arena también respondió doña Marielena: t”Una ”’falleba’ sirve para
cerrar puertas y ventanas. Es un mecanismo que para lo correspondiente, cuenta
con una varilla y manija.” Y relata que ella las conoció en la vieja casa
familiar de Guanajuato.
Octavio
Martínez nos informa que “Es una palabra de origen árabe” y luego nos refiere
que “Thomas Malory en su obra La muerte del Rey Arturo, de la que en
Hollywood se creó el argumento de la película El Rey Arturo y los Caballeros de
la Mesa Redonda, se refiere a la falleba así: En aquel momento rechinó la
falleba de un balcón del piso alto”.
El Arca rebulle para dejar salir una palabra
que carece de error, pero también es un objeto fijo, sin movimiento, al
contrario de los planetas.
Marielena Hoyo con la Jirafa Óliver
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