sábado, 5 de agosto de 2017

Mucho verbo


Carlos Alberto Patiño

 

Mucho, porque “verbo mata carita” (Y “carterita mata verbo”, añaden los malpensantes).
En femenino, “verba” es labia, locuacidad.
Verbo, en una de las acepciones que da el Diccionario de la lengua española, es “Clase de palabras cuyos elementos pueden tener variación de persona, número, tiempo, modo y aspecto.”
Si sólo nos atenemos al Diccionario, nunca llegaremos a entender a fondo lo que es un verbo.
Hagamos una definición operativa para tratar de explicar lo que en redacción debemos entender.
Es la palabra que expresa una acción, estado, proceso.Sabemos que cambia por los tiempos, por las personas, las voces y los modos (Ver: “¿El pluscuam... qué? En bretes con los tiempos” http://www.cronica.com.mx/notas/2017/1030169.html).
Sigamos con el DLE, que no parece ser ente de verbo fácil.
Es esta palabra equivalente a “Sonido o sonidos que expresan una idea”, pero también es un juramento: “echar verbos”.
Como la RAE no puede dejar de lado lo religioso, pone: El Verbo —así con mayúscula— es “Segunda persona de la Santísima Trinidad”.
No para ahí el diccionario académico. Enlista cerca de 40 tipos de verbos, como el “activo” que es el transitivo; “verbo adjetivo” es cualquiera, menos “ser”, que es “substantivo”.
Está el “verbo auxiliar”, el que usamos para la formación de los tiempos compuestos.
Tenemos el “causativo”, el “factitivo” y el “copulativo”.
El primero es el que expresa causaciones, como hacer, dejar, causar. El segundo es “Tradicionalmente, verbo cuyo sujeto no designa la persona o cosa que lleva a cabo una acción, sino la que hace que otros la realicen; p. ej., cortar en Ayer me corté el pelo.”
Y el tercero es el que une un sujeto con un atributo: “el árbol es grande”
A ver quién entiende el “deponente”: “verbo latino que, con significación de activo, se conjuga por la voz pasiva...
“En español, u. a veces para referirse a verbos intransitivos cuyo participio se usa como el de los transitivos. La gente nacida en Madrid.”
El “frecuentativo” es el “iterativo”: el “que expresa una acción que se compone de acciones repetidas; p. ej., besuquear, pisotear, tirotear.”
Otro que espanta con su denominación es el “inacusativo”, aunque no es tan complicado: “intransitivo que expresa generalmente presencia, aparición o acaecimiento y que admite participios pasivos; p. ej., caer (la lluvia caída); llegar (invitados llegados de todas partes).”
El “incoativo” “indica el comienzo de una acción;
p. ej., florecer.”
Hay el “verbo liviano”, también llamado “de apoyo”. Es el que “aporta valor aspectual al sustantivo con el que se combina y con el que forma un grupo verbal semilexicalizado; p. ej., dar en Dar un paseo.”
Tenemos el “reflejo” o “reflexivo”, que no es otro sino el “pronominal”: el “que se construye en todas sus formas con pronombres reflexivos átonos que no desempeñan ninguna función sintáctica y que concuerdan con el sujeto; p. ej., me arrepentí, se levantó.”
Hay el “determinante”: “el que rige a otro formando oración con él; p. ej., en quiero venir, quiero es el verbo determinante y venir el determinado.”
El “vocálico” es el que tiene una raíz que “termina en vocal; p. ej., actu(ar), le(er) o sonre(ír)”.
Sigue el Diccionario con el “terciopersonal”, aquel “que se construye sólo en tercera persona de singular o plural; p. ej., ocurrir.”
Termina la RAE con su listado, del que sólo he tomado algunos ejemplos, con la expresión coloquial “en un verbo”, que significa “sin dilación, sin demora, en un instante.”
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Regaños. Por cuatro mil dólares en clase turista y ocho mil en la de negocios, una compañía turística lo llevará a presenciar una “aurora boreal en Australia”.
¡Recórcholis! Con razón cobran tan caro. No debe ser fácil lograr que un fenómeno boreal ocurra en la zona austral. Es cosa de magos… O de publicistas chambones, por decir lo menos.
Las auroras polares son de dos tipos, las boreales y las australes.
El fenómeno consiste en la iluminación del cielo nocturno. Se origina por el choque de las partículas solares con el campo magnético de la Tierra.
En el polo norte magnético son boreales; en el sur, australes.
A los publicistas no les llamó la atención que su paquete lo ofrecieran en Australia. ¿Por qué creen que se llama así ese país? ¡Por la ubicación en el hemisferio sur!, pero también por la Casa de Austria, honor que con el juego de palabras quiso hacer el descubridor de la región, Pedro Fernández de Quirós, a la familia reinante en España.
A ver cuándo nos quieren vender una aurora ecuatorial.
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Radix. Archi es la raíz griega para mando. Se refiere a la autoridad, al que manda.
Está en “anarquía”, la doctrina que rechaza cualquier autoridad. La “arquitectura” la tiene por el jefe de la obra, el arquitecto. La “autarquía” es el gobierno de uno solo, del que impone su autoridad. La “jerarquía” es el orden de mando y la “monarquía” es el gobierno de uno solo.
El odio al poder es la “misarquía” y la “sinarquía” es el gobierno de un grupo. “Arcángel” es el ángel más importante y el “archiduque” lo es de los duques, como la “arquidiócesis” es de las diócesis.
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El lector Octavio Martínez (omm8martinez@pr) da su respuesta a El Arca de Arena: “El sustantivo indudablemente es la palabra error y cuando se comete por mala apreciación o falta de verdadera reflexión, debe agregarse el adjetivo que nos lleve a concluir que el error obedece a mala apreciación o falta de verdadera reflexión, de esta manera tenemos lo que algunos académicos llaman sustantivo adjetivado, que es el que no puede comprenderse, sin el agregado que explique su sentido.”
“Dicho lo anterior la respuesta es “error factual”, expresión en la que error es el sustantivo y factual el adjetivo que lo califica.”
Sin embargo, aunque corresponde con la idea, son dos palabras.
El Arca de Arena halló la palabra “penseque” para referir al “error nacido de ligereza, descuido o falta de meditación.” Su origen son las palabras “pensé” y “que”. “Pensé que estaba bien”, dice el que se ha equivocado. “Yo pensé que ésa era la nota, explican los reporteros noveles que pierden la noticia. Por eso Vicente Leñero les decía que no pensaran.
¿Cómo llegó la palabreja al diccionario? Otro caso más que evidencia cuán ancha es la manga de la Real Academia.
Busquemos ahora el anagrama de la palabra que designa a un cantante de género afroamericano que es rítmico y más hablado que cantado. También lo es del verbo que representa la práctica de una intervención quirúrgica. Es sinónimo de restauración y de objeción. Es, de igual manera, acto de famoso chivo.


  05 08 17
Publicado en La Crónica de hoy

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