viernes, 3 de noviembre de 2017

¡Ponte águila!




Carlos Alberto Patiño

La expresión del título sirve en México para exhortar a alguien a que se espabile, se ponga listo, abusado, para que pueda salir avante en un problema o para sacar el mejor provecho.
Al águila, a pesar de ser símbolo nacional, no le ha ido bien. A la variedad real, como la que se paró sobre el nopal, se le ha puesto en peligro de extinción en un territorio en el que se desplegaba con largueza.
Es una especie profundamente ligada a la historia de los mexicanos. Nuestro mito fundacional la incluye y es fuente de gran orgullo, como lo fue de nuestros antepasados.
La palabra águila tiene connotaciones de astucia, habilidad y majestuosidad.
Es, según el Diccionario de la lengua española, un “ave rapaz diurna, de 80 a 90 cm de altura, con pico recto en la base y corvo en la punta, cabeza y tarsos vestidos de plumas, cola redondeada casi cubierta por las alas, de vista muy perspicaz, fuerte musculatura y vuelo rapidísimo.”
En otra acepción, el sustantivo corresponde a “cada una de las aves pertenecientes a la misma familia que el águila y de características muy semejantes.”
Según la misma fuente es “Enseña principal de la legión romana y de algunos ejércitos modernos.”
Se llama águila, siempre según el DLE, a la moneda de oro española que tenía en el reverso la imagen de una de estas aves, a otra moneda mexicana y a una estadunidense.
Está el águila en las apuestas mexicanas, pues sin ella y sin el Sol no habría volados. La tenemos, nos dice el Diccionario del español de México (Colmex), como sinónimo de dinero: “Me gané cien mil del águila”.
Asienta el DEM otras formas de uso popular de la palabra:
“Ser águila o ser un águila descalza. Ser hábil, ágil o astuto: ‘Rodrigo es bien águila con el balón’, ‘Marta es muy águila para las matemáticas’, ‘Cuco es un águila descalza componiendo coches’
“¡Águila! Expresión con que se pone a alguien en guardia, se le previene de algo o se le pide que esté atento: ‘¡Águila con el camión!’
“De aguilita. En una postura que recuerda la figura del águila; en cuclillas o manteniendo alguna parte del cuerpo suspendida en el aire o sin apoyo” (posición necesaria en algunos baños públicos).
“De aguilita. Al vuelo, dando un brinco o sin apoyarse: bajarse de aguilita del trolebús.”
Aguiluchos se llama el equipo de futbol americano del Heroico Colegio Militar, y precisamente esta institución es una de las más interesadas en recuperar la población de águilas en el país.
El Colegio cuenta con el Centro Nacional de Control y Protección del Águila Real en el que trabaja en coordinación con las secretarías de la Defensa y del Medio Ambiente y Recursos Naturales, así como con la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente.
Las instalaciones permiten atender hasta 30 ejemplares de manera simultánea. Se hace bajo un esquema que contempla, nos explica el folleto sobre el tema elaborado por las dependencias, “la rehabilitación clínica, física y conductual, reproducción y reintroducción en el medio silvestre”.
Tradicionalmente los cadetes tienen trato con las águilas y otras especies propias de la cetrería (la cacería con el empleo de aves rapaces).
De hecho, existe la figura de “cadete cetrero”, que es una denominación habitual, para los cadetes que vemos en los desfiles militares. Aclara el folleto que, en realidad, a este personal debería llamársele “rehabilitador”, ya que no realiza una actividad de caza, como tal, sino que se ocupa del “cuidado, manejo, adecuación, entrenamiento, interacción y socialización en las diferentes ceremonias en que tiene participación personal de cadetes”.
Nos explica la obra consultada que “Durante los desfiles en los que forma parte el cuerpo de cadetes de este heroico plantel, el personal de cetreros desfila a retaguardia de la escolta de bandera, esta organización se debe a la importancia que reviste el águila, la cual se constituye como símbolo característico de nuestro glorioso lábaro patrio”.
Muchos recordamos la gran acogida que tuvo el cuerpo de cadetes en la celebración del aniversario de la Toma de la Bastilla, en Francia, en 2015. No es menor, desde luego, la cálida recepción que tiene en nuestro país este cuerpo, cada vez que aparece en un acto cívico militar.
Actualmente, el Centro tiene en rehabilitación a las águilas Zeus, Atenea, Apolo, Artemisa, Tonantzin, Hera, Xochiquetzal, Cuauhpiulli, Quetzalcoátl y Cutcoa.
En 2011 se logró la liberación a medio silvestre de Hades, en el Municipio de la Yesca, Nayarit.
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Sobre los lobos, Bertha Hernández nos refiere una historia que relata Guillermo Prieto en sus Memorias de mis tiempos. Cuenta el escritor liberal que cuando era niño y vivía en Molino del rey, se supo que una loba rabiosa se dirigía al bosque de Chapultepec, donde ya las familias paseaban.
El animal llegó a la cima y penetró a la construcción que antecedió al Castillo. Escribe Prieto que su padre “los dependientes y los criados del Molino del Rey se armaron para perseguir y matar a la loba”. Detrás de los hombres “una cauda de muchachos, entre los que yo iba, y aun de mujeres, siguió tumultuosa a los perseguidores de la fiera”.
En la edificación “habitaba sólo el guardabosques con sus tres o cuatro hijas, la mayor de ocho años a lo más, y la abuelita, madre del guardabosques, anciana encorvada de manos huesosas, trémula y de cabellos blancos, que cuidaba a las niñas”.
La loba atacó y mató a las niñas. Ignacio, el guardabosque, llegó, se abalanzó a la fiera “emprendiendo una lucha indescribible, implacable de horror y de fiereza; rodaban animal y hombre y se erguían sin soltarse; los dientes de la fiera resbalaban rechinando en los huesos de los brazos del hombre”.
Finalmente, la anciana le pasó una navaja abierta a don Ignacio, “quien agobiado bajo la loba la degolló, cayendo muerta la fiera y aniquilado el hombre en un lago de sangre, cuerpo y entrañas destrozadas”.
Remata don Guillermo “¡Yo no sé qué fue de mí, pero ahora mismo escribo lleno de horror y terror este recuerdo!”
Bertha también nos recuerda al conejo-lobo en la aventura donde Wallace y Gromit deben lidiar con la maldición del Were-rabitt.
Mángel también quiso aportar su grano de arena y nos recuerda la canción “Attenti al lupo” del gran Lucio Dalla.
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¡Chin, otra vez les debo los regaños!
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A El Arca de Arena le reclaman por lo que consideran gran dificultad en sus acertijos y no le responden.
Para la pregunta anterior, Hugo Martínez y Marielena Hoyo proponen “altramuz”, que es el sinónimo de la palabra buscada. Quizá se quedaron con ese término porque yo me confundí y dije que se trataba de un sustantivo, cuando en realidad es un adjetivo. El que se relaciona con los lobos, es “lupino”.
“Matalobos”, una planta muy tóxica que se emplea como analgésico en la herbolaria, fue aportación de Francisco Báez y Marielena Hoyo
Ahora tenemos un anagrama del personaje que nos ocupó en esta entrega. Lo es también de la tercera persona singular presente de un sinónimo de hacer equivalente y de un topónimo mexicano. Es un estipendio a cambio de un servicio.

28 10 17

Publicado en La Crónica de hoy   

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