sábado, 4 de junio de 2016

No hagamos como que hacemos

Carlos Alberto Patiño

Que nadie piense que se va a quedar a medio hacer la exposición sobre las expresiones que ocupan el verbo hacer.
Antes de hacer conjeturas, recordaré a los lectores que la forma imperativa del verbo de marras es “haz” con zeta.
No hay que confundirlo con la segunda persona del indicativo del verbo “haber”.
“¡Haz la tarea!” es ejemplo del primer caso. “¿Has hecho la tarea?”, es del segundo.
Hecho el recordatorio, regresemos a nuestro tema. No crean que me estoy haciendo guaje, lo que puede parecer similar a “hacerse pato”, pero cuya relación con las aves es un poco más amplia.
Los mexicas no cazaban patos, los colectaban, según las explicaciones de don Edmundo Escamilla.
La forma de atrapar al pato era la siguiente: El cazador (colector) conseguía una calabaza seca o guaje del tamaño apropiado.
Se la ponía en la cabeza y se sumergía en el lago, aguardando a que un pato incauto se aproximara y ¡zas!, lo atrapaba sin lastimarlo. Bueno, era para guisarlo (el pato en barro, relleno de huazontles es una delicia, sobre todo con la receta de Yuri de Gortari).
Francisco Báez aporta el complemento de la explicación. Con el calabazo, el mexica en turno pasaba desapercibido.
Fingía ser un elemento inocuo, parte de la naturaleza. Se convertía, se hacía guaje.
Con un sentido cercano está la expresión “hacerle al ensarapado”, es decir, envolverse en un sarape para no ser reconocido.
“Hacer de chivo los tamales” conlleva engaño. En el platillo, por la sustitución de carnes; en el sentido más usual, incluye la cornamenta del cabrío.
Es práctica que puede resultar divertida para el ejecutante, pero resulta terriblemente desagradable para la víctima.
El resultado puede ser que el afectado o afectada termine por hacerle la vida de cuadritos al mancornador, que a veces lo paga con creces.
“Hacerla de jamón” o “hacerla de tos” son eufemismos para “hacerla de pedo”, causar problemas, poner reparos.
“Hacerse talco”, “hacerse pomada”, están en situación similar, sustituyen a otra palabra afín a la coprolalia. Lo que le pasó a “El Mamut chiquito” (Unos Panas Ahí, 2001), es representativo: https://www.youtube.com/watch?v=xiostg6Virc  
En estos tiempos de tanta corrección como se usa en sociedad, no se debe decir que a alguien “se le hace agua la canoa”.
Pero, ¿por qué hacerse del rogar, si se puede hacer rosca a la hora de pagar? Eso siempre es hacer una mala jugada.
Qué tal cuando se hace presente el que se estaba haciendo el occiso para no responder por sus actos. O aquel que se hace como que la Virgen le habla, para darse importancia.
No sé. Hay gente que hace su lucha para lograr un trabajo, y luego, lo primero que hacen es el San Lunes.
Y están los que les hacen el caldo gordo a sus compinches. O los que se hacen los valientes para luego hacerse chiquitos a la hora de entrarle a los golpes.
No muy alejados están los que se hacen camote y no logran explicarse o se hacen bolas con la regla de tres.
Hagan de cuenta que los hicieron tarugos. ¡No! Que se les haga la boca chicharrón si tan mal dicen.
A ver si el duende de las redacciones no hace de las suyas. Me podría convertir en el hazmerreír y en la noche me tocará hacer la sopa en el dominó.
Por eso, antes de hacerse mala sangre, piensen en hacer el bien sin mirar a quién.
¡Hazme el reverendo favor! se exclama ante un absurdo o un engaño descarado: “Hazme el favor, cree que vamos a votar por él con todo y sus fechorías”. Mejor lo hacemos de lado, por no hacerlo de menos.
Aquí les hice perdidiza una palabra malsonante que había sugerido Hugo Martínez.
Ahora recuerdo que mi nieto me hacía caras si no le hacía caballito.
Se me hace que no voy a acabar de explicar tantas formas del verbo “hacer”. No crean que les estoy haciendo las cuentas del gran capitán. Ignoro si el origen de esta fórmula se debe a don Hernán Cortés, lo que sí es seguro es que él sí les hacía esa contabilidad a sus camaradas a la hora de repartir los beneficios de la Conquista.
Para no hacerla más larga, remato con el lema de los años sesenta del siglo XX: Hagan el amor, no la guerra (Make love, not war).
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El Arca de Arena pidió una palabra que tiene piedra en su estructura, pero no en su significado ni en su etimología. Útil para obtener una gracia, pero sólo si se realiza con ahínco, diligencia o empeño.
Es impetrar. La respondió… ¿Quién creen? Marielena Hoyo.
Hoy, El Arca propone otro anagrama:
Es sitio donde reina la calma, pero con mujeres de piel canela. También implica producirme ruido o ejercernos una función fisiológica. Era gran ofensa que hicieron, sobre todo, en los relatos medievales. Fue grupo pionero del punk.

04 06 16

 
Publicado en La Crónica de hoy

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