Carlos Alberto Patiño
¿Qué pasa
con el verbo haber? Es un verbo auxiliar fundamental no sólo en español. Lo
son, por lo menos, sus equivalentes en inglés y francés (to have, avoir).
Es un verbo
que usamos mucho, pero también es cierto que lo usamos mal.
Consigna la
Real Academia Española que entre las preguntas más frecuentes a la sección
consultas lingüísticas de su sitio, están varias que se refieren a este verbo.
La oración
que titula esta entrega es una de las formas erróneas del uso del verbo haber.
Para usarlo
apropiadamente, debemos entender que cuando lo empleamos para expresar la
presencia o existencia de cosas o personas va en modo impersonal. Es decir, no
hacemos la concordancia con el complemento, puesto que no es un sujeto. “Hay
muchos coches”, no nos representa ningún problema. Pero en el copretérito se
nos confunde la concordancia. Hemos de mantener la tercera persona del verbo
como forma impersonal: “Había muchos coches”, no “habían muchos coches”. Coches
no es sujeto, es complemento.
Si podemos
entender esto (¿podemos?) no tendremos más problemas para emplear la forma
verbal correcta.
Repasemos lo
que dice la academia: “Los verbos impersonales carecen de sujeto”. Y añade: “Es
incorrecto poner el verbo en plural cuando el elemento nominal se refiere a
varias personas o cosas, ya que la concordancia del verbo la determina el
sujeto, nunca el complemento directo”.
¿Se
entendió? Quienes sí estudiaron su gramática en la escuela no tendrán apuros.
Los demás atengámonos a la fórmula: Si queremos expresar existencia o
presencia, va en impersonal. O sea (no “osea”, por favor) en tercera persona:
“había”.
Y topamos
necesariamente con “habemos”. Lo tenemos, con uso muy influido por el latín en
“habemus papam”. Y entonces nuestros periódicos impresos y virtuales,
más los “independientes” y redes sociales se llena de “habemos” cuando se
define un candidato, un funcionario o cualquier caso en donde nos parezca que
acomoda más el verbo haber que tener.
En realidad,
“habemos” no existe, sino como arcaísmo. La primera persona del plural
(nosotros) del verbo haber es “hemos.”
“Hemos
dicho”, “hemos vivido”.
¿Pero qué
pasa con “habemos muchos que creemos…”? ¿”Habemos ingenieros aquí”? Puras
incorrecciones. Sí queremos decir que pertenecemos a un grupo y nuestra falta
de modestia nos impide excluirnos, usemos otro verbo. “Somos muchos médicos,
aquí”. “Estamos todos los periodistas en la cena”.
Tenemos (que
no habemos) más problemas con el uso de haber. Es el caso de “hubieron”.
Es el
pretérito de indicativo del verbo haber. Es el pasado, pues. “Ellos hubieron”.
Dice la RAE:
“Esta forma verbal se emplea, correctamente, en los casos siguientes:
“Para
formar, seguida del participio del verbo que se está conjugando, la tercera
persona del plural del tiempo compuesto denominado pretérito anterior o
antepretérito de indicativo: hubieron terminado, hubieron comido, hubieron
salido.”
¡Ah, la
Academia! Con esas explicaciones se comprende por qué la gente se aleja del
estudio de nuestro idioma. Sigamos, pero con atención, los ejemplos, donde sí
se entiende el uso.
“Este tiempo
indica que la acción denotada por el verbo ha ocurrido en un momento
inmediatamente anterior al de otra acción sucedida también en el pasado: Cuando
todos hubieron terminado, se marcharon a sus casas; Apenas hubieron traspasado
el umbral, la puerta se cerró de golpe. (...)
“Como forma
de la tercera persona del plural del pretérito perfecto simple o pretérito de
indicativo de la perífrasis verbal haber de + infinitivo, que denota obligación
o necesidad y equivale a la más usual hoy tener que + infinitivo: El director y
su equipo hubieron de recorrer muchos lugares antes de encontrar los exteriores
apropiados para la película.”
Pero aquí va
lo que nos importa:
“Uso
incorrecto:
“No se
considera correcto el uso de la forma hubieron cuando el verbo haber se emplea
para denotar la presencia o existencia de personas o cosas, pues con este valor
haber es impersonal y, como tal, carece de sujeto (el elemento nominal que
aparece junto al verbo es el complemento directo) y se usa sólo en tercera
persona del singular. Son, pues, incorrectas oraciones como “Hubieron muchos
voluntarios para realizar esa misión” o “No hubieron problemas para entrar al
concierto”; debe decirse ‘Hubo muchos voluntarios para realizar esa misión’ o
‘No hubo problemas para entrar al concierto’.”
A ver (no
haber), ¿ya entendimos o hemos de dar más explicaciones?
Visiten a la
RAE: “http://www.rae.es/consultas-linguisticas/preguntas-frecuentes”.
.-.-.-.-.-.-
De los
oficios idos, me recordó Bertha Hernández el de reparador o reparadora de
medias. No sin malicia, mi padre decía que había sido “subidor de medias de
mujer”. Hasta aparatos para subir los puntos o reparar las medias corridas se
vendían.
Era un
negocio que tuvo su mejor momento cuando, por la Segunda Guerra Mundial, la
seda primero y luego el nailon fueron destinados a la confección de paracaídas.
Había
mujeres que a falta de medias corridas o sin correr, se dibujaban una línea a
manera de costura en la cara posterior de la pierna. Después de la guerra y con
el abaratamiento de los materiales desapareció el oficio del zurcido de medias.
.-.-.-.-.-.
Regaños. En las páginas de un diario de
circulación nacional, en la sección de modas, bajo un título que dice: “Obsesión
sartorial”, aparece este texto: “El mundo a tus pies. Una de las piezas
que más deben resaltar en tu look tailored es el calzado. Si
prefieres un estilo clásico, opta por usar zapatos bajos con una orma
bostoniana. Si lo tuyo es más arriesgado, unos pumps con color son
ideales para resaltar tu figura” (las negritas e itálicas son mías).
Tan entrado
estaba el autor de ese párrafo en escribir con ese pseudoespañol, que perdió
una letra. “Orma” no existe. La palabra que corresponde a la forma del calzado
es “horma”, con esa hache que nos refiere a la efe de forma. Por algo está ahí.
¿Cuál es el
caso de mezclar de mala manera palabras del inglés con los textos en español?
¿Cuándo la colonización mental llegó a las páginas de los diarios? ¿Por qué creen
que esa fórmula es señal de distinción?
Los
lingüistas dirán que son “préstamos”. Yo creo que son usos que empobrecen el
idioma y el pensamiento.
.-.-.-.-.
Radix. Petra es piedra en latín. De
ahí derivan “petróleo” que es “aceite de piedra”, “perejil”, que es planta que
crece entre rocas y “petraria” es una máquina de guerra que lanza piedras, como
la catapulta o el fundíbolo (trébuchet).
“Petroso” es
un lugar lleno de piedras y “petrificar” es convertir a alguno en piedra, como
hacía a sus víctimas Medusa con la mirada o, en sentido figurado, la forma en
que se queda alguien al recibir una mala noticia.
“Petroglifo”
es un grabado en las rocas, “petrografía” es la descripción de las rocas y con
los “petrodólares” muchos hicieron sus sueños.
.-.-.-.-.-
El Arca de
Arena recibió la
respuesta “capicúa”. Es la palabra que representa una cifra y se puede leer en
los dos sentidos. Lo Respondieron Bertha Hernández, Luz Rodríguez, Juan Ramón,
Gloria Dupré, Marielena Hoyo y Francisco Báez. Doña Marielena, Pancho y Gloria
aportaron que el año del “comes y te vas” fue 2002 y la desaparición de la
Unión Soviética ocurrió en 1991.
Doña Gloria
y el doctor Báez hablaron del momento capicúa: el 2002 20 02 20 02, que es el
20 de febrero de 2002 a las 8:02 pm.
También lo
es el 1111111111, el once de noviembre de 2011 a las 11:11.
Y para
rematar, Báez nos proporciona la etimología. Viene del catalán “cap i cua”
(cabeza y cola).
Ahora la
palabra que busca El Arca algo comparte con inoportuno y molesto o con
unos lentes antiguos. En realidad es de sangre y cabeza frías, inconmovible, a
nada le teme.
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06 17
Publicado
en La Crónica de hoy
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