sábado, 19 de noviembre de 2016

Elemental nomenclatura

Carlos Alberto Patiño 

Cuando escribí sobre los epónimos, mencioné los nombres de algunos elementos químicos. La tabla periódica está llena de estos sustantivos.
Pero no sólo hay elementos cuyo nombre deriva de personas o lugares.
Repasando la tabla con Mángel, le explicaba que el símbolo de algunos elementos no coincidía con la inicial del nombre.
Le hablé de los más conocidos, como la plata (Ag) del latín argentum (¿Se acuerdan del nombre de Argentina?) o Au de aurum, oro.
Y que aparece la “K” de potasio. ¿Qué hace una “K” ahí. Si usted guglea el elemento, le aparecerán etimologías holandesa, alemana e inglesa. Todas ellas se refieren a las cenizas potasch, pottasche, pot ashes. Esto porque el potasio se encuentra en las cenizas de algunas plantas. El elemento lo aisló y denominó el británico sir Huphrey Davy, quien además fue el descubridor del bario, el calcio, el sodio y el boro. Todo muy bien. ¿Y la “K”? Esa “K” es de kalium, otra palabra latina proveniente del árabe que significa ¿qué creen?, ceniza de planta.
El símbolo del sodio es “Na”. Sir Davy tomó el nombre del latin sodanum (sosa caustica), pero el símbolo proviene del latín natrium (nitrato), ambos compuestos, donde se halla el elemento.
Este elemento es parte de la sal, cloruro de sodio, sustancia tan valiosa que de ahí proviene el término salario. Es ingrediente necesario en la cocina, pero letal para los hipertensos. El sodio, combinado con potasio, forma una proteína (la bomba potasio-sodio) fundamental para la vida de las células.
Por cierto, sir Humphrey Davy fue también el descubridor del uso anestésico del llamado gas de la risa, el óxido nitroso.
El origen del símbolo del helio (He) proviene del dios griego Helios, el Sol, pues se descubrió en ese astro, aunque no se le reconoció hasta que lo encontraron en la Tierra. Dice la Wikipedia que no se congela. Es el gas que se utiliza en los dirigibles, pues la tragedia del Hindenburg (1937) dejó muy claro que el hidrógeno, altamente inflamable, no era el elemento más seguro para llenar los enormes globos.
El helio es uno de los llamados gases nobles. Son, además de éste: Neón (Ne), argón (Ar), kriptón (Kr), xenón (Xe) y radón (Rn). La denominación noble refiere a que tienen poca reactividad con otros elementos, es decir, no se juntan con la chusma.
Del fósforo el símbolo es la “P”, del griego phosphoros, el que lleva la luz, casualmente el mismo significado que el del latín Lucifer.
La “O” de oxígeno no tiene misterio. El término significa generador de ácidos. Uno de sus átomos, combinado con dos de hidrógeno, forma el agua (Monóxido  Bidrógeno, en una divertida broma estudiantil, que refiere a la sustancia como causante de erosión y muerte por ahogamiento).
Hidrógeno (H) es el generador de agua. Además de estar juntos en el líquido, estos dos elementos comparten la palabra griega gonos, que es algo así como generar, producir, dar origen (genética, genealogía, genes, genoma…).
La “S” de azufre viene del latín sulphurium. Este elemento está asociado con los volcanes y con el infierno. Dios lo hizo llover sobre Sodoma y Gomorra y es el olor característico de Satanás, el viejo Luzbel.
En la realidad, el azufre sirve para hacer pólvora, para la vulcanización y se aplica en muchos procesos industriales, pero es indispensable en la conformación de los aminoácidos… Y por eso es sustento de la vida.
“Cl” es el cloro. El nombre se lo puso sir Davy, aunque él no fue su descubridor. Carl Wilhem Scheele lo encontró, pero creía que era un compuesto. Humphrey lo identificó y, por su color verde pálido, tomó la palabra griega para este color (xloros) y se lo puso al elemento.
El cobre lleva las letras “Cu” de Cuprum, Chipre, el lugar donde lo obtenían los griegos.
El indio (In) no lo es por el país. El nombre lo debe al color índigo de su espectro atómico.
El kriptón (Kr) nada tiene que ver con Supermán. Es, ya lo dijimos, uno de los llamados gases nobles y es tan poca su presencia en la atmósfera que se le puso el nombre de “oculto” (del griego kryptos).
La Hg del mercurio es de hidrárgiro (plata líquida).
El químico ruso Dmitri Mendéleyev fue el científico que se dio a la tarea de ordenar los elementos en su famosa tabla. Fue tan atinado su sistema que dejó huecos para elementos que aún no se descubrían, pero que deberían estar ahí.
Fue el caso del tecnecio (Tc), primer elemento artificial, de ahí su nombre (del griego tecnós). Se tardaron los investigadores, pero lograron sintetizarlo y ya tenía su lugar.
Son 118 los elementos que componen la tabla. El último descubierto, o mejor dicho sintetizado, hasta el momento es el oganesón (Og). Por su posición en la tabla debería ser un gas noble, radiactivo como el radón, y muy inestable. Es de vida efímera. Su nombre original era ununoctio (Uuo), que era el que se reservaba para su lugar, pero se le dio el del físico Yuri Oganessian, importante investigador de elementos de número atómico 102 o superiores.
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Regaños. Nota corregida a tiempo, pero que por poco se publica:
“El presidente del PAN, Ricardo Anaya, pernoctó la noche del martes…”. ¡Ah!, se pernocta de noche. El dirigente será muy bueno para juntar lana, pero dudo que pueda pernoctar de día. Ni con la 3 de 3, tan vilipendiada.
De la Agencia Cuartoscuro, un pie de foto: “Personal de  protección Civil, (coma) acordonaron la Zona del Peñón Viejo…” ¿Coma entre sujeto y verbo? ¿Personal acordonaron? ¿Y la concordancia? “Personal” es singular; “acordonaron” es conjugación para la tercera persona del plural.
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Puntual, la infaltable Marielena Hoyo responde a El Arca de Arena. La palabra de la jerga jurídica que describe la apropiación de un bien por el uso o posesión prolongada es “usucapión”. ¿Y mis lectores abogados?
El Arca de Arena ignora si el adjetivo que busca ahora se pueda aplicar al óxido nitroso, pero se relaciona con la risa, con algo festivo. Puede parecer que es la cura de una obstrucción, pero en realidad es muy divertido.

19 11 16
 
Publicado en La Crónica de hoy

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