sábado, 1 de julio de 2017

¿Existe el hubiera?



Carlos Alberto Patiño

Sí, el hubiera existe como forma verbal, pero no como realidad. Es una conjugación en modo subjuntivo, por lo tanto irreal.
Veamos.
El subjuntivo, a diferencia del indicativo
 —que es el modo de la realidad— expresa posibilidades, deseos, hipótesis, duda. Es el predominio de la subjetividad.
Según la Nueva gramática de la lengua española (RAE), las diferencias básicas entre los dos modos son que el indicativo “se refiere a lo que se comunica, se conoce, se acepta, se cree o se percibe y el subjuntivo nos remite a estados vistos como una evaluación, una emoción, una intención o una acción ejercida sobre algo o alguien.”
Los tiempos del modo subjuntivo son: presente, pretérito imperfecto, pretérito perfecto, pretérito pluscuamperfecto, futuro, futuro compuesto.
Recordemos que la cualidad de imperfecto de los tiempos es que representan acciones sin acabar. Son los tiempos simples.
Los perfectos, seguimos recordando, nos dan la idea de acciones concluidas.
Los tiempos compuestos se conjugan con el auxiliar haber.
La Academia Mexicana de la Lengua (AML), en su sección de consultas frecuentes, explica así los usos de los tiempos del subjuntivo:
El presente sirve para enunciar acciones abiertas o imperfectas (las que no han concluido). Nos dice la AML que el presente de subjuntivo posee tres valores. “De presente: Quiero que hoy te portes bien; de futuro: Necesito que vengas mañana. Y de mandato o de deseo: Que vengas; Que te vaya bien; El señor esté con ustedes.”
El pretérito imperfecto tiene estas aplicaciones, siempre según la AML: “Expresa acciones no terminadas en el pasado o en el futuro, dependiendo de las marcas temporales que lo acompañan.
“Situación irreal o supuesta en el pasado: No creí que viniera Juan a la fiesta de anoche.
“Situación irreal o supuesta en el futuro: Me gustaría que cantaras en mi boda.
Al futuro lo deberíamos dejar en el pasado, pues es de poco uso. Representa acciones condicionadas, concesivas o dependientes de un relativo. Veamos lo que dice la Academia.
“En condicional: Si el propietario supiere esta situación, deberá denunciarlo a la policía.
“Uso concesivo: Aunque fueren maldicientes, no está bien.
“En oración de relativo: Convendré en la que eligieres.
“En dichos (uso actual): A donde fueres, haz lo que vieres.”
Ahora tenemos un tiempo compuesto, el pretérito perfecto compuesto. Este tiempo se ocupa, sigue la AML, con un “valor retrospectivo (hacia el pasado): No creo que haya estado bien lo que hizo.”
Y con un “valor prospectivo (hacia el futuro): Espero que no se haya terminado la comida todavía.”
Llegó el pretérito pluscuamperfecto: “Con frecuencia, señala la Academia, aparece en oraciones que expresan una condición.
“Situación irreal o supuesta en el pasado: Mataría a un hombre que se hubiera acostado contigo antes; Te habría encontrado si hubiera llegado temprano.
Y si al futuro simple deberíamos haberlo abandonado, al futuro compuesto también, ya que, nos dicen los académicos, “se trata de un tiempo en desuso y propio del lenguaje jurídico.”
“Aparece siempre en oraciones condicionales, concesivas (en las que hay una concesión) o de relativo (introducidas por un pronombre relativo). Ejemplo: Si hubiere habido inconformidad, se deberá presentar la protesta ante el juzgado.
En realidad no debemos omitir ningún tiempo, aunque lo empleemos poco.
En nuestro idioma hay expresiones que prefiguran el subjuntivo. Es el caso de “a no ser que...” (...usted venga, nada se podrá hacer); “mientras...” (...yo pague tus estudios, te exigiré resultados).
Otras son “con tal de que...” (...vengas, te pago el viaje); “es fundamental...” (...que leas o no te enterarás). “Es importante...” (...que veas al doctor); “es posible”, “posiblemente”, “quizá...” (...te pague esta semana), “basta...” (...con que me mires y volveré).
Sólo son unos ejemplos. Hay otras expresiones, por supuesto.
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Regaños.
Otra vez la televisión. Dice el conductor: Alertan en Tamaulipas por la presencia de insectos ponzoñosos. Las imágenes son de ¡telarañas! en paredes y ventanas.
Seguro que la culpa no es del periodista a cuadro. No sabemos si lo es de su reportero o de su productor.
¿Qué hacía el personaje responsable de esas imágenes durante sus años de preparatoria?
Las arañas no son insectos. Tampoco los alacranes. Los arácnidos tienen ocho patas; los insectos seis. Ninguna araña ni escorpión posee alas, mientras que la mayoría de los insectos sí. Eso sí, ambos son artrópodos (que tienen patas articuladas), pero también los son los camarones y los cangrejos y nadie los confunde.
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Radix.
Recién me entero de la aparición Nos ancêtres les Arabes, ce que notre langue leur doit. Es obra de Jean Pruvost, profesor de lexicología y de historia de la lengua francesa, así como colaborador de Le Figaro.
Es una revisión de la historia de la influencia del árabe en el francés. Lo menciono por la Radix de la semana pasada, que, casualmente, se refería a la influencia de esa lengua en el español.
A los franceses la huella no les quedó de la invasión de los moros, pues Carlomagno los contuvo, aunque perdió a Roldán, su mejor hombre, en Roncesvalles. Les viene de su presencia en el Magreb, especialmente en Argelia.
Hay muchas coincidencias entre las palabras que llegaron a ambos idiomas, como café, babuchas, truchimán, cifra, algoritmo, álgebra, almirante, arsenal.
La obra de Pruvost incluye 400 palabras francesas de origen árabe. Hay más, claro. También proporciona el dato de que el árabe ocupa el tercer lugar entre las lenguas de influencia en el idioma galo.
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El Arca de Arena se quedó sin la respuesta correcta. “El verbo que corresponde a la acción que, para aclarar la garganta, ejecuta quien va a iniciar un discurso o finge una afección o quiere hacer una señal a otro para que se detenga al hacer un comentario” es “destoserse”. Marielena Hoyo y Hugo Martínez propusieron “esgarrar”, que se aproxima, pero es una acción con el fin de eliminar las flemas y “destoserse” es fingir. Ella añade “esputar”, pero enseguida la descarta.
Prueba El Arca esta vez con un anagrama del plural de la palabra que describe el acto de parir. Es parónimo de un conjunto de combatientes. Aunque muchos, dicho en tono coloquial, tengan algunas damas, siempre se quejan de su carencia.

 01 0717

Publicado en La Crónica de hoy
 


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