Carlos Alberto Patiño
De las palabras que recordaba mi amiga Esmeralda hablábamos en
la entrega anterior.
“Bitoque” era una de ellas. El
Diccionario de mexicanismos de la Academia Mexicana de la Lengua (DM) la define como: “Llave para regular
el paso de los líquidos”. Es también un contrapeso para cañones y una cánula
para lavativas.” El Diccionario del
español de México (DEM), de El
Colegio de México lo pone como “Tubo delgado,
con terminación roma, que constituye el extremo de la lavativa que se introduce
en el ano”. Y el Diccionario breve de mexicanismos, de Guido Gómez de Silva (DBM), también de la Academia Mexicana,
dice: “Tarugo de madera con que se cierra el agujero de los toneles”. Llave de
cañería o de depósito de líquidos, grifo.
Para el Diccionario de la Lengua Española (DLE), el de la Real Academia, es “Tarugo
de madera con que se cierra el agujero o piquera de los toneles.” O “cánula de
la jeringa” y “grifo (‖ llave para regular el paso de los
líquidos).”
Pero entre todos esos significados, el que corresponde a llave de agua
es el que yo recuerdo. Mi padre lo usaba para contar una costumbre que tuve de
niño muy pequeño. Decía él “Carlitos siempre iba al bitoque del
jardín para peinarse”.
De las definiciones me
saltan dos palabras y una expresión.
Las palabras son “tarugo” y
“grifo”.
La primera, en México, la
consideramos para alguien “Que es poco
inteligente, que es tonto: “¡Yo de taruga
me dejo!”, “Le voy a dar sus trancazos pa que se le quite lo tarugo”, “¿Y usted qué se trae, viejo tarugo?”. Así lo consigna el DEM.
Para el DBM no existe, y para el DM lo sabremos si por fin este año
concluyen las profundas revisiones y preparativos para presentarlo.
Quienes
en los años sesenta y setenta hubimos de soplarnos las traducciones al
madrileño de grandes autores, además de saber qué es un “gilipollas”, sabíamos
que un tarugo es un trozo de madera y que un grifo es una llave.
Pero
“grifo” es, como sabemos, sinónimo de mariguano, término que para El Colmex es
con “h”: “marihuano”. Tiene, asimismo, el significado de adjetivo capilar. Se
refiere al pelo chino, crespo.
La
expresión de marras es “ojos de bitoque” Confieso que no la conocía hasta que
la vi en el diccionario. Es “ojos
que miran atravesado”, lo cual me remite a la mirada de los bizcos, aunque no
lo sé. Si es así, el término nacional es “bizcorneto”, como lo consignan el DM y DL
(para éste significa estrábico).
“Zaguán” es otra de las palabras convocadas. Sin que haya caído
completamente en desuso, se la emplea menos en la medida en que desaparecen estos portones para
ser sustituidos por puertas automatizadas de cocheras.
¿Zotehuela o azotehuela? Conozco a personas que la emplean con “a” y
otras directamente con la “z”. Para el DEM
es con “A”: “Pequeña terraza o patio interior de una casa o departamento,
construido generalmente para que entre luz y aire a los cuartos interiores, y
que se aprovecha para algunos servicios, como el lavado de ropa, el
almacenamiento de utensilios, etc.: ‘La cubeta está en la azotehuela’”
Para el DBM, es también
“Azotehuela”. Significa azotea pequeña, aunque ése no es el uso que le damos. A
ese espacio, ahora se le llama “cuarto de lavado”.
“Xocoyote” es una palabra de indudable origen náhuatl que significa lo
mismo que el bíblico Benjamín, el más pequeño de los hijos. Cachorro de coyote
es una traducción aproximada. Así le decían en su familia a mi profesor de
tercero de primaria, Xicoténcatl de la Vega, quien nos lo contó en una ocasión
en la que también nos explicó que su nombre era el del caudillo tlaxcalteca (El Joven, el que rechazaba la alianza
con Hernán Cortés).
“Preservativo” le decíamos al condón, sobre todo cuando en la farmacia
despachaba una mujer.
La lista del recuerdo es muy larga.
¿Algún lector rememora palabras que usaban sus padres y abuelos? Las
espero.
.-.-.-.-.-.
El uso del término hipocorístico en las dos entregas anteriores suscitó
algunas dudas.
El hipocorístico es una especie de diminutivo cariñoso del nombre propio.
Arrigo Coen lo explicaba diciendo que era un “cariñitivo”, es decir, la forma
afectiva de referirse a alguien. Son hipocorísticos Pancho, Paco, Fran, de
Francisco. Chela, de Celia, Marce de Marcela; Tavo, de Octavio; Lipe de Felipe,
Nacho, de Ignacio. A los Eduardos solemos decirles Lalo, y Checo, a los
Sergios. Soledad es Chole o Cholita, Dolores deviene en Lola, a Gabriela le
decimos Gaby. Pau, Tino, Lupe, Chano, Pepe y un laaargo etcétera.
Hialino es la respuesta a El Arca
de arena. Quiere decir traslúcido, como el cuarzo hialino y como el
cartílago hialino.
Francisco Báez y Marielena Hoyo dieron otra opción que cumple más o
menos con la condición: cristalino, como el cuarzo bien pulido, ya no en estado
natural, como el hialino, y como el tejido que hace las veces de lente en
nuestros ojos.
Ahora viene algo entre blanco y azulado. En femenino es un papel. Su
anagrama forma parte de Europa.
02 07 16
Publicado en La Crónica de hoy
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