sábado, 16 de julio de 2016

Tutiplén, zangandongo, seno…

Carlos Alberto Patiño

Tutiplén no es una palabra que escuchemos seguido. Tampoco plenilunio y menos chiquilicuatro.       
La primera de ellas significa abundancia y por su etimología es cercana a plenilunio que es el momento de la luna llena. Chiquilicuatro quiere decir persona joven, arrogante y de escasa formalidad o sensatez.
Espejuelos, pescozones, chinelas, tahona o pizpireta quizá sean más familiares para algunos, pero dudo que lo sean para los más jóvenes.
La primera es sinónimo de anteojos, luego sigue golpes en el pescuezo o en la cabeza. Las chinelas son pantuflas de estilo oriental, en la tahona se hace el pan y pizpireta es coqueta.
Qué palabras, ¿no?
La lista sigue.
Esponsales, cuclillo, pagoda y carricoche.
Explico. El primer término es el compromiso de matrimonio, aunque hay quien lo usa como sinónimo de boda. El segundo es el ave que sale a dar la hora en los relojes de cucú, la tercera es un templo oriental y el carricoche es un carromato.
Voy a abundar otro poco.
Tapanco, quinqué, linimento, botica, aceite de ricino, chambón, postín, mequetrefe, tambache.
La palabra inicial de esta serie es un entrepiso, donde, decía José López Portillo, vivían enanos que asustaban. La segunda es una lámpara de petróleo.
Linimento es un remedio de botica, es decir, de farmacia antigua, lugar donde se obtenía también el aceite de ricino, un producto que se usaba como remedio casi universal y de gusto bastante desagradable.
Un chambón no es quien tiene mucha chamba o que trabaja mucho, sino alguien poco hábil.
Postín es presunción, afectación. Mequetrefe es entrometido y tambache es bulto.
Todas estas palabras tienen un par de cosas en común. Son parte de dos universos o conjuntos que se entreveran.
Por una parte, están en el DLE (para ser exactos tapanco no está en el almodrote de la Real Academia, pero sí en el Diccionario del Español de México, el del Colmex) y, por otra, están en las canciones de Cri-Crí.
Hay más, muchas más, como corcel y carretela, como mayates y trebejos.
¿Se dan cuenta del nivel de vocabulario que manejaba Francisco Gabilondo Soler para escribir canciones infantiles?
Y no es que fuera rebuscado o pedante. Era un lenguaje comprensible entonces.
No quiero extrapolar ni hacer comparaciones estériles, pero ¿podrían contrastar este acervo con el que usan los personajes de “La CQ”?
¿O con las artificiosas pretenciones del sobrevalorado Chespirito?
No diré nada de los maestros actuales, paristas o no.
Me quedo como “La pensativa” de Cri-Crí:
Cuando la vaca va-caminando
va-cabizbaja, va-cavilando
dicen que vaca se escribe con “v”
¡bah-cada cosa la que uno ve!

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“Zangandongo” aportó Francisco Báez a la lista de palabras oídas en casa de los padres. Él explica que describe a quienes ya son grandes para presentar una conducta. Por ejemplo, un niño crecido que va en carreola es un zangandongo, pero también una adolescente que va a la escuela con su osito de peluche o un hombretón de 30 a 40 años que vive con sus padres. El DLE dice que es un holgazán.
Bertha añadió “arranarse”, que uno de sus tíos usaba para retirarse a su cuarto a haraganear. El DLE dice que es “Caer abriéndose de piernas” o “Sentarse en el suelo con las piernas entrecruzadas, ponerse en cuclillas”. A la mejor el tío quería decir arrellanarse.
Yo recordé una expresión enigmática que usaban unas niñas vecinas, amigas de mi hermana. Cuando algo no les gustaba o estaban en desacuerdo decían “michi” o “mishi”, levantando la nariz. Nunca supe de dónde salió esa expresión ni qué significaba, pero estoy seguro de que era despectiva.
-.-.-.-.-.-.
Sobre las partes del cuerpo que Giros, pudoroso no mencionó, surgió la idea de aclarar que “seno” es una cavidad o hueco. Originalmente era el espacio entre las mamas. Por ejemplo en la expresión “se llevó la mano al seno” o en “guardó su dinero en el seno”. De ahí pasó a nombrar a cada una de las partes aledañas, que también se llaman “tetas” o “pechos”. En México se llaman chichis, palabra de origen náhuatl que significa mamar. Por ser de ese origen se considera de uso popular y hasta vulgar. “Bubis” es anglicismo de niña ñoña.
A propósito de esa región corporal, les comparto una historia.
“Llevaron al bebé al parque (Parque México). Lo pasearon, le mostraron las fuentes, los patos, las palomas y los perros.
Se cansó y su madre lo tomó en brazos.
Llegaron frente a la escultura que remata la explanada del teatro Lindbergh. Es esa de la fuente donde una mujer, con el pecho descubierto, vierte dos cántaros de agua.
El nene abrió tamaños ojos. No miraba los cántaros precisamente. Se quedó azorado con la figura. Su semblante indicaba que en su cabecita algo rebullía.
De pronto, extendió su manita y la metió por entre la blusa de su madre”. (Crónicas al vuelo, 2005 http://alvuelo.blogspot.mx/2005/05/ de-madres.html)

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El Arca de Arena tuvo respuesta de Pancho Báez: “se apendejó”. Gerardo Galarza usó un eufemismo y puso “se atontejó”. El lector que firma como “Gatobeodo Chema Araujo” preguntó: “¿Le crecieron las orejas?”.
Yo pensé en un burro, pero Bertha Hernández dijo “se aconejó”.
Ahora, a petición de algunos lectores, El Arca plantea una pregunta más o menos sencilla ¿Cómo se llaman las pequeñas tiras del pantalón que sujetan el cinturón?

09 07 16


Publicado en La Crónica de hoy

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