lunes, 4 de septiembre de 2017

¿K kiere dcr?

Carlos Alberto Patiño


 

Los jóvenes entenderán rápidamente este título. A algunos de los mayores les costará más trabajo. Es el lenguaje común en teléfonos y redes sociales. Por ahorrar tiempo, por economía de movimientos, por restricciones de espacio y por ignorancia ortográfica así se escribe ahora.
Pero no se crea que es una novedad.
El Manual de paleografía diplomática española de los siglos XII al XVII, de Jesús Muñoz y Rivero, publicado en 1917, da cuenta de que “El deseo de hacer más veloz la escritura y de encerrarla en el menor espacio posible, produjo desde los primeros tiempos de la escritura el empleo de las abreviaturas, que, usadas en un principio con parsimonia, llegaron á multiplicarse prodigiosamente en los últimos siglos de la República romana.
“Cuantos modos de abreviar se conocieron en la Edad Media tienen precedentes en este pueblo. Usaron los romanos, para hacer rápida la escritura, además de las notas tironianas la abreviación de las palabras por su inicial, la supresión de las sílabas por signos convencionales de rápido trazado. (Las notas tironianas son una taquigrafía que inventó Tirón, un escribano de Cicerón).
“Los inconvenientes que para la genuina interpretación de los libros y de los documentos ofrecía el abusivo empleo de las abreviaturas, motivaron repetidas disposiciones del Senado y de los Emperadores prohibiendo su uso, sin que llegara á lograrse.”
Ya ve usted.
El símbolo & es ejemplo de este recurso de síntesis. Es la fusión de las letras “e” y “t” de la palabra latina “et” que representa a la conjunción copulativa “y”.
Es poco usual en el español moderno, pero lo fue en el pasado para escribir de manera abreviada la palabra etcétera: &cetera o &c.
Si el lector tiene oportunidad de ver un libro del siglo XVI o puede, en alguna exposición o en internet, ver un manuscrito de la época de la Colonia, primero, tendrá gran dificultad para entender el texto y segundo, se dará cuenta del extendido uso de abreviaturas.
En los textos periodísticos, con el fin de facilitar la comprensión, es preferible no usar abreviaturas, pero se usan siglas en los titulares.
De éstas no hay que abusar y, sobre todo, no utilizarlas si no son las de uso cotidiano como UNAM, SEP, IMSS… PAOT, es ejemplo de las que causan confusión.
Con los acrónimos hay que proceder de la misma manera. Se escriben con altas y bajas, no todas en altas. Pemex y Conacyt son acrónimos de Petróleos Mexicanos y Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, respectivamente.
El Diccionario panhispánico de dudas de la Real Academia de la Lengua establece algunos criterios para el uso de abreviaturas.
Empieza por definirlas “Es la representación gráfica reducida de una palabra o grupo de palabras, obtenida por eliminación de algunas de las letras o sílabas de su escritura completa y que siempre se cierra con un punto.
Luego nos da algunas restricciones en su uso. Por ejemplo “no pueden aparecer en cualquier lugar del texto: De repente, miré a la dcha. y los vi juntos” . Establece que “las abreviaturas de tratamientos solo deben usarse cuando anteceden al nombre propio (Sr. González, D.ª Juana, etc.); y no debe escribirse una cantidad con letras seguida de la abreviatura del concepto cuantificado: veinte cts. por veinte centavos”.
Destaca el Diccionario que “La abreviatura ha de ser eficaz y, por eso, debe suprimir como mínimo dos letras de la palabra abreviada (mejor, tres, si la palabra es suficientemente larga)”.
Existen dos procedimientos para formar abreviaturas, según la Academia: “a) Por truncamiento, suprimiendo letras o sílabas finales: cód. por código, art. por artículo. En este caso, la abreviatura nunca debe terminar en vocal: pról., y no pró. ni prólo., como abreviatura de prólogo. En el caso de las abreviaturas que corresponden a fórmulas fijas, se abrevian todas y cada una de las palabras que las integran, incluso artículos, preposiciones o conjunciones, reduciéndolos a la letra inicial: s. e. u o. por salvo error u omisión, q. e. p. d. por que en paz descanse.
“b) Por contracción, eliminando letras centrales y dejando solo las más representativas: dpto. o depto. por departamento, admr. por administrador.”
Para el femenino, se dice que “si la abreviatura del masculino termina en -o, el femenino se forma sustituyendo esta vocal por una -a: Lcdo., Lcda. (licenciado, licenciada); si el masculino termina en consonante, se le añade una a...; no obstante, hay abreviaturas que sirven tanto para el masculino como para el femenino: Lic. (licenciado o licenciada), izq. (izquierdo o izquierda).
Recomienda el Diccionario el uso de letras voladas para los femeninos (Profª), pero eso es poco usual en nuestro país y es complicado tipográficamente. Aquí preferimos añadir sólo la “a” final.
En cuanto a la ortografía, nos dice el Diccionario de dudas que las “abreviaturas mantienen la tilde en caso de incluir la vocal que la lleva en la palabra desarrollada: pág. por página, íd. por ídem, Cía, por compañía.”
“En general, las abreviaturas se escriben con mayúscula o minúscula según corresponda a la palabra o expresión abreviadas; así, se escriben con inicial mayúscula las abreviaturas de aquellos nombres o expresiones que se escriben de este mismo modo cuando se desarrollan... mientras que las abreviaturas de nombres comunes se escriben normalmente con minúscula (salvo si van después de punto o al principio de un enunciado): pág. por página, c. e. por correo electrónico.
Sin embargo, nos aclara que hay múltiples excepciones: “así, siempre se escriben con inicial mayúscula las abreviaturas de fórmulas de tratamiento, incluso las que se escriben con minúscula cuando se desarrollan: S. S. por Su Santidad, S. A. R. por Su Alteza Real”
Por lo que toca a las siglas, el plural se forma duplicando las letras: “EEUU” por Estados Unidos, “FFCC, por ferrocarriles.
Cada vez está más en desuso esa manera de pluralizar. Imaginense el caso de los organismos no gubernamentales, tendría que ser “OONNGG”, lo que además de extraño resulta confuso. En lo personal creo que el contexto nos da la idea de si es plural o singular. No acepto la forma ONG’s, que violenta la estructura del español.
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Regaños. Marielena Hoyo me pregunta por la palabra “pilota” que usé en los Regaños de la semana pasada. Fundeu la admite, pero el Diccionario de la lengua española, no. A mí me parece un femenino válido, bien formado.
Publica El Periódico de Barcelona: “Un estadio lleno a rebosar para ver por penúltima vez al genio en acción, al atleta que ya pertenece al acerbo cultural humano de principios del Siglo XXI por mérito propio, quería, sobre todo, contemplar su última victoria.”
y La Nueva, de Bahía Blanca, Argentina: “Por sus páginas desfilan importantes personajes, muchos de los cuales trajeron un acerbo de cultura y costumbres que, a la postre, según Benítez, ‘definieron a los bahienses.’”
Veamos el diccionario: “acerbo, ba. Del lat. acerbus. 1. adj. Áspero al gusto. 2. adj. Cruel, riguroso, desapacible.”
Algo no cuadra. Ahora veamos “acervo”: “Del lat. acervus ‘montón’. 1. m. Conjunto de valores o bienes culturales acumulados por tradición o herencia. 2. m. Haber que pertenece en común a varias personas, sean socios, coherederos, acreedores, etc. . m. Montón de cosas menudas. U. t. en sent. fig. Un acervo de problemas, de cuestiones.”
Lo que pasa por una letra. ¡Ah, la ortografía!
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De José Agustín es la frase que pedía El Arca de Arena. En su libro Ciudades Desiertas escribe “¿A qué se viene al Gabacho? A comprar, ¿No? ¡Pues compraremos! ¡Si París era una fiesta, recitó Susana, Estados Unidos era una tienda!”. Es literatura de La Onda, don Octavio Martínez.
La respuesta llegó de Marielena Hoyo y Francisco Báez.
El Arca de Arena dice ahora: Es, en su origen, un instrumento de caza y en la actualidad tiene uso deportivo. Es anagrama del subjuntivo para la tercera persona del plural de la acción de agobiar o de llenar de bruma. También de bailar y de encaminar. Va y regresa.


02 09 17

Publicado en La Crónica de hoy

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