viernes, 15 de abril de 2016

De agravios, improperios, injurias, vituperios, denuestos, ofensas… De insultos, pues

Carlos Alberto Patiño

La palabra que trae a estira y afloja, dicho sea sin segunda intención, a los aficionados y a la FIFA es, para aquéllos, como un grito de guerra, el cántico tribal para amedrentar al enemigo. Para la Federación es un insulto.
Los primeros, incluso, pueden ni siquiera estar pensando en las preferencias sexuales del portero en turno.
Podrían gritar “císcalo, císcalo, diablo panzón”, con la misma intención y efecto.
Pero “puto” sí es un insulto. Como tal lo usa Cervantes en varias páginas de su Quijote. (Hay que ver especialmente el Capítulo 13 de la segunda parte: “Donde se prosigue la aventura del Caballero del Bosque, con el discreto, nuevo y suave coloquio que pasó entre los dos escuderos”.
Según el Diccionario de la lengua española (DLE), entre otras acepciones, un insulto es:

1. m. Acción y efecto de insultar.

E insultar es:

1. tr. Ofender a alguien provocándolo e irritándolo con palabras o acciones.

El DLE está lleno de éstos. El de mexicanismos también. Pero si la palabra de marras figurará en él, lo sabremos el día que nuestros académicos se pongan a trabajar y nos presenten siquiera 3 o 4 letras más en la página de  la Academia Mexicana de la Lengua.
Un insulto es, según la Wikipedia,una palabra que se utiliza por el emisor con la intención de lastimar u ofender a otro individuo como tal. Qué constituye o no un insulto es difícil de determinar con precisión, ya que se halla sujeto a convencionalismos sociales y culturales.
Un insulto va más allá de la mera palabreja peyorativa. Trasciende al adjetivo.
Héctor Anaya en su libro El arte de insultar, señala
"El insulto, en rigor, no es una majadería (grosería), entre otras razones porque está dirigido, tiene un destinatario y tiene un remitente. La majadería no. Tú puedes decir una -cabrón, pendejo- y es aplicable a muchas personas".
Para ponernos históricos y no histéricos, como los señores de  la FIFA, digamos que los aztecas les decían “cuilloni” a esos hombres interesados en la práctica sexual con personas de su mismo sexo. Y los aztecas no eran nada políticamente correctos con ellos. Los ahorcaban, empalaban o desentrañaban. Pero, si había castigos es que había práctica.
Siguiendo por la línea histórica, Bernal Díaz en su Historia Verdadera de la Conquista de  la Nueva España,  refiere que los soldados de Cortés, lo insultaban por el reparto del botín:  
“Como Cortés estaba en Cuyuacán y posaba en unos palacios que tenían blanqueadas y encaladas las paredes, donde buenamente se podía escribir en ellas con carbones y con otras tintas, amanecía cada mañana escritos muchos motes, algunos en prosa y otros en metros, algo maliciosos, a manera como pasquines”.
Y más adelante:
“Cuando salía Cortés de su aposento por las mañanas y lo leía, (...) y como Cortés era algo poeta (...), respondía también por buenos consonantes (...). De cada día iban más desvergonzados los metros y motes que ponían, hasta que Cortés escribió: Pared blanca, papel de necios; y amaneció escrito más adelante: Aun de sabios y verdades, y Su Majestad lo sabrá, de presto”.
Ya en la época colonial, Sor Juana, quien todo lo que hacía lo hacía muy bien, fue molestada por un sujeto que le reprochaba su origen familiar. Así respondió la monja:

El no ser de Padre honrado,
fuera defecto, a mi ver,
si como recibí el ser
de él, se lo hubiera yo dado.
Más piadosa fue tu Madre,
que hizo que a muchos sucedas:
para que, entre tantos, puedas
tomar el que más te cuadre.

A Guillermo Prieto se le daba con facilidad ese arte de molestar al prójimo. A los conservadores les propinó la canción “Los Cangrejos” que dice en su coro:  

Cangrejos, al combate,
cangrejos, a compás;
un paso pa' delante,
doscientos para atrás.

Prieto fue implacable con Juan Nepomuceno Almonte, el hijo de Morelos, aliado de los franceses durante la Intervención.

Amoquinequi, Juan Pamuceno,
no te lo plantas el Majestá,
que no es el propio manto y corona
que to guarache,
que to huacal.
Corriendo el tiempo creció el "pitoncle",
se puso fraque, comió bestec,
indio ladino, vende a to patria
y güiri güiri, con el francés.

De la época también es la adaptación popular de la letra de “Los Enanos”, una cancioncita infantil, en donde los enanos se volvieron “esos franchutes ya se enojaron/porque a su nana la pellizcaron
Y si de plumas venenosas hablamos, remontémonos al siglo XX para leer a Salvador Novo. Con el pretexto de la campaña de alfabetización que impulsaba su “amigo”, el escritor Jaime Torres Bodet, escribió:
“Exclamó la comunidat,
al saber la novedat,
¿dejar de ser analfabet,
para leer a Torres Bodet?
¡qué atrocidat!”.
Y sobre el dirigente de Izquierda Vicente Lombardo Toledano, Novo pergeñó este epigrama:
Lombardo, que es gran burgués,
presume de tovarich.
(Lo que en realidad él es
también termina con -ich,
pero se escribe en inglés).

De Octavio Paz hay que recordar sus diferencias con Carlos Monsiváis, de quien decía que “no era un hombre de ideas sino de ocurrencias”.
Para rematar esta entrega de Giros citaré a Mauricio Garcés:
Las mujeres son como la gripe mal cuidada: nos pueden hacer llorar y en el peor de los casos hasta matar”.
Se me quedan en El Tintero Quevedo, Góngora, Shakespeare, Bernard Shaw, Oscar Wilde… y hasta uno bíblico.

.-.-.-.-.--.

En el último minuto llegó respuesta a la demanda de El Arca de Arena. Marielena Hoyo propone “fulmen”, que no está en el DLE, pero corresponde al fenómeno atmosférico. La que yo esperaba es “refucilo”.
El Arca se inquieta y lanza: Dícese de aquel que es hipócrita y astuto, que ostenta exagerada devoción, es intrigante, embrollador. Es un insulto, por si no lo habían notado. No es un epónimo.

09 04 16
Publicado en La Crónica de hoy
 


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