sábado, 16 de abril de 2016

Más insultos

Carlos Alberto Patiño

En El Tintero se había quedado una provisión de insultos que va desde la Biblia, pasa por la calle e incluye autores clásicos.
Empezaré por una imprecación del Nuevo Testamento: “Raza de víboras”, llama Jesús a los fariseos, por sus conductas hipócritas. Les dice bastantes más cosas. Todo  el regaño lo pueden checar en (Mateo 23:33).
De El Arca de Arena había salido también un insulto. “Camandulero” es aquel que camandulea, es decir, que es hipócrita y astuto, que ostenta exagerada devoción, es intrigante, embrollador.
A nivel de calle, el de las zapatillas me parece ingenioso: “¿Tienes zapatillas? Pues póntelas y de puntitas te me vas a la fregada”
El siguiente es cruel: “Tu mamá no tomó ácido fólico, ¿verdad?”
“Incivil” es denuesto muy socorrido por don Joaquín Fernández de Lizardi en su obra La Quijotita y su prima. Esa palabra debería ser recuperada, pues se refiere a todo aquel que es incapaz de vivir en sociedad. Esos que carecen de urbanidad e ignoran el civismo y las normas de convivencia. Como toda esa runfla de patanes que pululan por la Ciudad de México.
Eso me recuerda otro insulto: “Eres la prueba de que sí hubo mezcla entre neandertales y sapiens sapiens”.
Ya puestos en ese nivel, Francisco Báez recuerda un improperio de Umberto Eco: “Su madre practica la poliandria profesional”.
Vamos a los clásicos. Éste es de Francisco de Quevedo para Luis de Góngora:
“Yo te untaré mis obras con tocino/porque no me las muerdas, Gongorilla,/perro de los ingenios de Castilla,/docto en pullas, cual mozo de camino;/apenas hombre, sacerdote indino,/que aprendiste sin cristus la cartilla;/chocarrero de Córdoba y Sevilla,/y en la Corte bufón a lo divino./¿Por qué censuras tú la lengua griega/siendo sólo rabí de la judía, cosa que tu nariz aun no lo niega?/No escribas versos más, por vida mía;/aunque aquesto de escribas se te pega,/por tener de sayón la rebeldía.”
También para Góngora como destinatario está el famoso poema A una  nariz
“Érase un hombre a una nariz pegado,/érase una nariz superlativa,
érase una nariz sayón y escriba,/érase un pez espada muy barbado.
Érase un reloj de sol mal encarado,/érase un alquitara pensativa,
érase un elefante boca arriba,/era Ovidio Nasón mas narizado.
Érase un espolón de una galera,/érase una pirámide de Egipto,
las doce tribus de narices era.
“Érase un naricísimo infinito,/muchísima nariz, nariz tan fiera,/que en la cara de Anás fuera delito.”
Góngora no se habría de quedar de brazos cruzados, así que para Quevedo tuvo esto:
Anacreonte español, no hay quien os tope,/Que no diga con mucha cortesía,/Que ya que vuestros pies son de elegía,/Que vuestras suavidades son de arrope.
¿No imitaréis al terenciano Lope,/Que al de Belerofonte cada día
Sobre zuecos de cómica poesía/Se calza espuelas, y le da un galope?
Con cuidado especial vuestros antojos/Dicen que quieren traducir al griego, /No habiéndolo mirado vuestros ojos.
Prestádselos un rato a mi ojo ciego,/Porque a luz saque ciertos/versos flojos,/Y entenderéis cualquier gregüesco luego.
De William Shakespeare, tenemos abundancia. Doña Bertha Hernández nos hizo una selección.
Uno de los insultos que más abundan en las obras de Shakespeare es la expresión "perro". "Perro grosero" y "perro sanguinario" se le dice a Ricardo III. "Perro" es Shylock de El mercader de Venecia— hasta la náusea. "Perro despiadado" es Calibán en La tempestad.
A Ricardo III se le llama: “Repugnante ministro del infierno”, “bodoque asqueroso de deformidades”, “sapo venenoso y jorobado
deforme”... entre otros muchos.
Macbeth llama "cara de leche" a alguien que palidece de miedo.
A Cleopatra, en Antonio y Cleopatra, la llaman: “Lujuriosa jaca de Egipto”.
Bertha también proporcionó algunos de Oscar Wilde, durante su juicio:
— ¿Es esta una frase hermosa?
Wilde: No cuando la lee usted, señor Carson: lee bastante mal.
Carson: ¿Atkins lo llamaba Oscar?
Wilde: Sí, yo lo llamaba Fred. Siempre llamo a la gente que quiero por sus nombres de pila. A la gente que me desagrada la llamo otra cosa.
Por pensar en Wilde, recordé algo más de Salvador Novo.
A Luis Spota se le atribuye haber pergeñado el mote de Nalgador Sobo, para Salvador Novo.
Novo, del que ya conocimos su capacidad satírica le dedicó al autor de Casi el Paraíso las siguientes líneas: "Este grafococo tierno/tiene por signo fatal/en el apellido paterno/la profesión maternal."
De remate, este tuit que el joven Ronan Farrow, le dedicó a Woody Allen, el Día del Padre: “En nuestra casa celebramos el día del cuñado”.
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Entre los comentarios recibidos está el de Tania Marsili quien señala que los aficionados sólo sustituyeron el antiguo “.....uleeeero por el “puto”. Afán de “vitupendiar”, dice y crea una palabra baúl uniendo vilipendiar y vituperar.
“Camandulero”, ya se dijo, es la respuesta a El Arca de Arena. Ya casi para entregar Giros, llegó la respuesta de Marielena Hoyo, con “camandulero” como la palabra correspondiente. La respuesta también podía acomodar a “Tartufo”, pero como es epónimo, no era aceptable.
¿Se acuerdan del refucilo? Bueno, pues de El Arca de Arena viene la pregunta sobre el nombre de la disciplina que se ocupa del rayo y sus efectos; también de las tempestades eléctricas atmosféricas. 

16 04 16

Publicado en La Crónica de hoy

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