lunes, 7 de marzo de 2016

¡Chale, se acabó el año!

Carlos Alberto Patiño

A la “che” había quedado de darle chance cuando me ocupé de algunos mexicanismos.
En una primera revisión me doy cuenta que chafea el Diccionario de Mexicanismos de la Academia Mexicana de la lengua (http://www.academia.org.mx/DiccionarioDeMexicanismos).
Incluye el verbo “chelear”, pero se pasa de “chel”, palabra a la que consigna como regionalismo del Sureste equivalente a güero, a “chele”,  lagaña.
¿Y la “chela”? Ah, sí viene, pero en el apartado “chelo, la”.
También está “chelero”, como muchos de ustedes... conocerán a alguno.
A propósito de esta bebida referiré que cuando yo comencé a consumirla, el hipocorísitco (a consultar el diccionario) era “cheve”: “Sírveme unas cheves bien helodias”.
Canciones hay que aluden a la cerveza como “chevecha”:  Una de Piporro  (https://www.youtube.com/watch?v=UHeR5lwww18). Y otra con varios intérpretes, entre ellos Palito Ortega y Viruta y Capulina: “Qué chabocha la chevecha que che chube a la cabecha”(https://www.youtube.com/watch?v=TAGZEZTlCHo)
En la celebérrima  película de Juan Ibáñez, Los caifanes (1966), aparece esta frase: “Una rubia bien helodia para acántaros”.
Y luego, todo fueron “chelas”. Quiero decir, no como la otra noche, sino en el uso cotidiano de las palabras.
Y ya en ese ambiente, citemos la frase de Héctor Lechuga, “chúpale pichón”. ¿Alguien se acuerda del programa Chucherías? .  Aquí les dejo un par de  ejemplos (https://www.youtube.com/watch?v=KUwQ7IacalM), (https://www.youtube.com/watch?v=5eDfWQ59Evc) sobre todo para los que creen que la censura era absoluta en los 60 (el locutor era Jorge Labardini).

Y sí es Chucherías no se puede olvidar a Juan Derecho, con los chuchos… No, con el primer Chucho (https://www.youtube.com/watch?v=8gVtN_104hw)

Volvamos a la “che”. “Chacha” para el diccionario no es lo que la mayoría entiende ahora, sino: “En el sureste, molleja de ave”, ¡chin!.
Qué tal “chamacón, na”, que es persona joven, pero el femenino connota también belleza.
“Chamoyada” es una paleta o granizado de frutas con chamoy, al que los académicos también escriben como “chamoi” o “chamois”. La definición es: “Fruta, principalmente chabacano, en salmuera agridulce y picante”. Y la salsa que se prepara con esta fruta para aderezar otras frutas o botanas.
No incluye el uso que se hace del vocablo para referirse a alguien que tiene mala suerte, al que está salado.
No como “El chambitas” quien podría encargarse de preparar unas buenas chamoyadas, pues su habilidad para desempeñar distintos oficios lo califica.
Parece choteo, pero no es fácil conseguir chamba. A veces ni pidiéndole al chamuco. Bueno, siendo muy chingüengüenchon, tal vez en un changarro.
O si es chapulín, no faltará partido político que lo acoja.
Los mexicanismos con “che” son múltiples. Los lingüistas que los estudian deben ser muy chipocludos o terminarán necesitando chiqueadores.
Antes, cuando algo estaba padre, se decía que estaba “chiro”. No sé cómo, de pronto, pasó a ser “chido”. Para el glosario académico, las dos formas son válidas.
Chorcha, chuchuluco, chipote, chinampa y, desde luego, chile son mexicanismos de abolengo.
No tiene tanta prosapia la palabra “chupamaro” que acoge el diccionario sin explicar el origen, transparente para los de mi generación.
A la mejor se fueron de chupe los lexicólogos.
Porque poner “chozno” como mexicanismo o chapata o “chemise” y aclarar además que se pronuncia chemis, deja muchas dudas sobre los criterios para incluir una palabra en la obra.
Y no se chivean.
No es que sea yo chimiscolero, pero vean esta entrada: “chilinsky. fest. Amigo inseparable: ‘Te presento a Sandra, es mi mera chilinsky’”. Supongo que la palabra viene de Estanislao Shilinsky Bachanska, él sí, inseparable amigo de Manolín, ambos comediantes del siglo XX. En el texto, ni una referencia al asunto.
Ya va pareciendo largo el choro, pero chorromil veces les he dicho que chancluda no es una buena palabra, tiene su carga sexista, como también chorreada, aunque sean dichas para chiquear a las chavas. Que las usen los chafiretes. A chaleco
No se puede finalizar un texto que habla de mexicanismos con ”che”, sin incluir nuestra gran palabra “chingar”. (cfr. “Los hijos de la Malinche” en Paz, Octavio, El laberinto de la soledad (México, 1950).
El diccionario dedica de la página 402 a la 408  a términos relacionados con esta expresión. Neta que la usamos un chingo.
.-.-.-.-.

Dados, como somos los humanos, a la celebración de los ciclos, el que comience un año nos pone en situación festiva, eufórica y colmada de buenos deseos.
Yo ando con la tentación de cambiar la lista de buenos propósitos, por una de despropósitos (jeje), pero entre ellos no está la de volver al tabaquismo. Ya ven que fumaba como “chacuaco” (página 329 del diccionario)
-.-.-.-.

Nuevamente a El Arca de arena llegó la respuesta de Marielena Hoyo.  “calepino” es sinónimo de diccionario, pues un monje agustino, Ambrogio Calepino, hizo uno de lengua latina muy reconocido.
Y ahora una pregunta. ¿Cómo se llama el espacio bajo una escalera?. Es mexicanismo, según la Real Academia.

26 12 15

Publicado en La Crónica de hoy 

No hay comentarios:

Publicar un comentario