sábado, 5 de marzo de 2016

Un clavado en el diccionario de mexicanismos.

Carlos Alberto Patiño

Compelido a buscar la grafía de una palabra de uso extendido en México, pero no reconocida por la Real Academia de la Lengua, hube de sumergirme en el Diccionario de Mexicanismos (http://www.academia.org.mx/DiccionarioDeMexicanismos), de la correspondiente Academia Mexicana.
Y resultó una tarea entretenida.
Para empezar, debo reconocer que en una vieja discusión con un viejo jefe, el viejo, digo, el jefe tenía la razón: “baro” (peso) se escribe con la “b” grandota y no, como yo lo creía y había leído, con la de “vaca” (es la “v”, que no quede duda). Así lo dice el diccionario.
En las páginas virtuales de ese compendio también se establece que “gandalla” es con la “ll”, de lluvia, y no con la “y” de “y perfumería” (¿se acuerdan del chiste?).
Recorrer las definiciones puede proporcionar horas de sano esparcimiento… si le interesan las palabras.
Mire, usted, la palabra “agorzomar”, tan útil para describir el acto de apabullar o para instar al prójimo a que no se “achicopale”. Y con sentido similar viene “desvalorinarse”: “no se me desvalorine, ya va a encontrar chamba”.
¿Y cómo ve contar con un “contlapache”, obvio, para “contlapacharse”, si hace falta que le hagan a uno “el paro”.
Veamos un caso donde la sinonimia puede causar confusiones:
“A ver, güero, tráeme dos campechanas”. A saber, quiero dos cervezas mezcladas, clara y oscura. Estoy pidiendo dos personas originarias de Campeche, dos panes o dos chicas sin complicaciones en la vida, y si digo dos de campechana, serán de longaniza y bistec. ¿o qué?
Como en todo diccionario hay cosas extrañas.
Por ejemplo, no sé por qué los académicos consideran que “caterpillar” (oruga) es un mexicanismo, cuando es una marca de vehículos agrícolas y para la construcción.
Ah, esperen, voy a revisar algo…
¡Uff, Kleenex no está, ni como klínex, pero, qué creen, en el diccionario realista sí está como “clínex: pañuelo desechable de papel.
No se agota aún el caudal de sorpresas. “Kotex”, según los peculiares criterios de esos especialistas sí es mexicanismo.
Como que son medio manga ancha los académicos.
También está cotonete, con todo y que es marca registrada. Bueno, voy a concederle al diccionario la inclusión de esta palabra, pues años ha que conocí a un personaje al que le decían así, “El Cotonete”. Era hombre alto, delgado y con el pelo banco. Poner un apodo así, es innegable expresión de la idiosincrasia nacional.
De uso próximo es el mexicanismo “desviejadero”, pues como sabemos en enero y febrero ocurre ese fenómeno que, por el clima y los excesos navideños hace purga de… ¿cómo se dice ahora?... adultos en plenitud (plenitud de achaques, si me permiten el comentario ajeno a la corrección política que, como ya vimos, no es lo uno ni lo otro [http://www.cronica.com.mx/notas/2015/925895.html],)
Instituciones como nuestra Academia adolecen de parsimonia, por lo que tenemos que conformarnos con enterarnos sólo de los usos y significados de las palabras de la “A” a la “Ñ”, última letra registrada.
De ese apartado resalta “ñáñara”, que en plural representa una sensación incómoda, de temor o desagrado, incluso escalofríos”: “me dan ñáñaras las arañas”. “Sentí ñañaras cuando me dijo que tenía cáncer”. Pero, hay  que usar la expresión con cuidado. También quiere decir “comezón en el ano provocada por hemorroides.
A las palabras con “Che” habrá que dedicarles una columna más adelante, porque, “chale”, la letra tiene muchos términos como ya nos habían demostrado Jaime López y Café Tacvba. Es letra con riqueza previa a “Chespirito”. (Antes de adorar a ídolos de barro hay que darse una vuelta por el diccionario). Ya me ocuparé.

.-.-.-.-.
A punto de revisar El Arca de arena, agradezco los comentarios de la lectora Betty Ramírez.
Bien, como estamos con mexicanismos, de El Arca sale un “tejolote” y una pregunta de necesario acompañamiento: ¿Cómo se llama la mano del metate?

@caralpat
caralpat@gmail.com

05 12 15
 Publicado en La Crónica de hoy

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